Por Tomás de Híjar Ornelas, Pbro.

“La disciplina es más poderosa que el número, y la disciplina, esto es, la perfecta cooperación, es un atributo de la civilización”. John Stuart Mill

La zona Tropical y de intensa actividad telúrica que incluye los lagos más grandes de Centroamérica, el de Nicaragua y el de Managua, al occidente de Honduras y de Nicaragua y del territorio que circunda el golfo de Nicoya, en la actual Costa Rica, formó parte de Mesoamérica una temporada larga gracias a dos comunidades complejas o reinos, Nicoya y Chorotega.

Fueron los olmecas los primeros en entablar contacto con estos grupos humanos. Luego, por la vía armada, los pipiles y nicaraos, nahuatlatos implantarán la presencia toltecas y mexica en la comarca, no menos que los otomangues y los mangues, que de Chiapas migraron a Nicaragua y Honduras.

Nicoya pasó a convertirse en la frontera sur de Mesoamérica a partir del 800 d.C merced a los chorotegas, procedentes del valle de México. Es allí donde se encuentran evidencias temporales más persistentes de diversas culturas que se fueron empalmando en capas durante más tiempo y erigir y aprovechar de forma sucesiva y reiterada centros ceremoniales complejos, formas de gobierno, agricultura, cerámica policromada con la que hubo intercambio cultural intenso con otras comunidades del área, no menos que la lapidaria de jade y piedra volcánica, como lo fue el metate ceremonial nicoyano.

Los pueblos occidentales de habla otomangueana serán, en el lapso de su hegemonía en Centroamérica, hasta hace unos 1500 años, el puente que les una con Mesoamérica y adheridos a ese mosaico étnico y lingüístico que hasta la fecha persiste.

Sus elementos de afinidad fueron la domesticación del maíz, la construcción de centros ceremoniales complejos y la lengua y con la alusión que hacemos a estos pueblos se cierra, por todos los puntos cardinales, respecto a lo que aquí llevamos dicho, el amplísimo horizonte cultural que abarcó Mesoamérica antes y al tiempo de ser agregada a la soberanía de España a partir de 1521.

El Reino, cacicazgo o señorío de Nicoya fue el más importante del Pacífico norte de la actual Costa Rica en esta fecha y, dijimos, la frontera sur de Mesoamérica y sus habitantes, los chorotegas, desplazados por otras culturas, los ocuparan casi todas las islas y la banda oriental del golfo de Nicoya, de modo que extendieron su presencia mucho más allá de sus dominios originales.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 3 de julio de 2022 No. 1408

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