Por Mary Velázquez Dorantes
Erickson Ysturiz es un laico venezolano y comunicador social que se interesó por la comunicación religiosa gracias a su profundo amor por la Virgen María, en su advocación de la Virgen de Coromoto. Es un líder comunitario a favor del trabajo y quehacer de los medios de comunicación católicos y el creador del proyecto “Comunicadores de Esperanza”, que tiene como objetivo difundir la información desde los ámbitos eclesiales, el mensaje del evangelio y la inclusión de todos los medios de comunicación desde el 2020. Ha trabajado desde la comunicación diocesana y la misión de la comunicación eclesial, y su frase personal es: “dejar que Dios nos sorprenda”. Su servicio y trabajo está orientado por las universidades católicas de Latinoamérica desde la perspectiva de los usos de las herramientas tecnológicas y el papel de la inteligencia artificial al servicio de la Evangelización. En esta edición compartió con El Observador de la Actualidad la importancia de comunicar con la verdad.
—Como periodista, ¿qué retos observas para comunicar la fe y los valores cristianos en el mundo actual?
Cada experiencia en el ámbito de la comunicación católica ha sido una tarea de aprendizaje, un llamado constante a comunicar con autenticidad, respeto, verdad y caridad… este es el principal reto. Recordemos que el Papa Francisco nos exhortó a comunicar la verdad con amabilidad y buscando la reconciliación en este mundo actual, que debe resonar como motor de impulso para llevar la esperanza de Jesús, especialmente a los más alejados, para tener en el centro la no espectacularización sino la verdad. Debemos dar razones de esperanza. Ser comunicador católico es un servicio desde la fe, es mucho más que una tarea. Se orienta a pronunciar el Evangelio.
—¿A qué nos enfrentamos los comunicadores en el mundo tecnológico?
A la sobreabundancia de información. Vivimos un tiempo donde todo se requiere rápido, consumimos demasiados datos, somos extremadamente visuales y eso puede llevarnos a la superficialidad y a la pérdida de sentido del mensaje cristiano. Por otro lado, veo un desafío en la polarización social y cultural. Muchas veces percibimos a nuestras comunidades con prejuicios o las reducimos a estereotipos y, como comunicadores, tenemos la tarea de ser creativos y valientes ante estos nuevos entornos.
—¿Qué herramientas debemos usar para comunicar en la verdad?
Usar un lenguaje cercano, autentico, comprensible, pero entendiendo que no debemos renunciar a la verdad del Evangelio.
—¿Cuál consideras que es y será el papel de la Inteligencia Artificial (IA) en la comunicación católica?
La IA ya está jugando su papel, un papel relevante en cómo producimos, distribuimos y personalizamos los contenidos, puede ayudarnos a crear información, a la automatización de tareas repetidas, a comprender a nuestras audiencias, y así comunicar de forma más eficaz. Recordemos que los públicos cada vez son más diferentes y de cara al futuro esta misma IA será un aliado importante, siempre y cuando se utilice con criterio ético y pastoral, porque nos va permitir dedicar tiempo a la creatividad y al acompañamiento humano para discernir, porque éstos son ámbitos que la tecnología no puede reemplazar.
—¿Qué tipo de mirada debemos tener en medio de este nuevo mundo tecnológico?
Es una mirada de apertura y discernimiento. No podemos ignorar ni temer a los avances tecnológicos, pero tampoco asumirlos de manera ingenua. Es necesario conocer las herramientas, comprender sus alcances y limitaciones y, por supuesto, ponerlas al servicio de la misión evangelizadora. La tecnología bien utilizada es un canal privilegiado para llevarla a los lugares y corazones que de otra forma no alcanzaríamos.
—¿Existen riesgos claros?
Sí, por supuesto, y uno de ellos es la despersonalización, la manipulación y la pérdida de la dimensión humana en la comunicación.
¿Consideras que la IA nos pude sustituir de alguna forma en la tarea evangelizadora?
La IA nos puede evitar muchas tareas, pero no puede reemplazar la experiencia viva de la fe ni tampoco sustituirá el testimonio personal de cada comunicador, por eso es necesario humanizar. Recordemos que evangelizar es un encuentro de persona a persona, la IA ayudará a los contenidos, pero no puede amar, escuchar, consolar al hermano ni da testimonio, para ello siempre se necesitarán corazones humanos antes de “corazones” tecnológicos.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 27 de julio de 2025 No. 1568