Por Arturo Zárate Ruiz
Las tareas normales de un periodista son reportar con verdad y opinar de manera razonable, con base en los hechos, sobre la actualidad. Sin embargo, los periodistas suelen tener ideologías, puntos de vista, con los que distorsionan, no necesariamente con malicia, esa verdad.
De cumplir el periodista no religioso con la función de decir siempre la verdad, no habría necesidad de ningún periodismo católico. Los católicos, al menos en lo que concierne a la transmisión de la fe, no compartimos meros puntos de vista, meras opiniones, sino la misma Verdad. Pero porque el periodismo ordinario suele estar distorsionado por ideologías, es más, no cree en la verdad por verse hundido en el relativismo que denunció el Papa Benedicto XVI, los católicos debemos adelantarnos y proclamarla sin reducirla a meros pareceres fugaces. Quede claro que, para que el lector sepa que sí se le habla con la verdad se especifica que este periodismo es “católico”. No se hace así porque lo “católico” sea mero punto de vista.
Las opiniones
Todo esto no quiere decir que entre los católicos no haya ni estén permitidas las opiniones. La hay inclusive en temas doctrinales, por ejemplo, en qué consiste el bautismo de deseo, que considera las condiciones para la posible salvación de una persona cuando no ha sido bautizada normalmente. Algunos afirman que, sin siquiera haber oído de Cristo, basta desear el bien, que en sí es Dios. Otros afirman que no hay que quedarse en vaguedades, pues el deseo debe consistir en recibir justo a Cristo, a quien todavía, por algún obstáculo que no es posible vencer, no se tiene.
En cualquier caso, esas opiniones de ningún modo se nos permite oponerlas a lo que obliga la fe, la esperanza y, sobre todo, la caridad cristiana, por ejemplo, negar con pleno conocimiento, que la salvación proviene de Jesús. De hablar de asuntos de la actualidad, puede un católico opinar si el Estado se reserva la atención de la salud de la población, u opinar que también participen empresas privadas. No puede opinar, porque es contrario sobre todo a la verdad, que provocarse un aborto es una opción válida para mujeres embarazadas.
Otras tareas
Además de opinar sobre la actualidad con base en los hechos, hay al menos otras dos tareas en el periodismo católico:
Una, es dar a conocer en sí los hechos recientes procurando decir la verdad, y no reportarlos según el filtro de las ideologías. En ese sentido, este periodismo es el más veraz porque es el más comprometido con la verdad. De este modo, el periodismo católico no miente, de ninguna manera ofrece un mero punto de vista, al considerar abominables las cifras del aborto en la Ciudad de México desde que se permite éste allí. Son factualmente abominables, como abominable (eso cualquier prensa lo consideraría un hecho, no una opinión) que se le niegue atención a un niño en el hospital por su “raza”. Que los periódicos relativistas consideren como mera opinión tachar de abominable el abortar, nos revela que estos periódicos no son veraces.
Dos, el periodismo católico busca reportar los eventos de actualidad de la misma Iglesia. De no hacerlo, la prensa ordinaria, muchas veces anti-religiosa, se olvidará de informar al respecto porque no lo considera importante, es más, desea que lo ignore el público. Por lo regular, sabemos así de sucesos eclesiásticos particulares en cada parroquia o diócesis, o a nivel nacional, o en el mundo. Tenemos noticia de las actividades no sólo del Papa, también de este o aquel otro grupo de acción católica en el barrio.
Parte normal de muchas parroquias en Estados Unidos es imprimir un boletín que informe, no tanto sobre lo que se hizo, sino sobre las actividades que tendrán lugar en la semana, por ejemplo, las misas votivas, las fiestas de los santos, las solemnidades, las reuniones de distintos grupos, las asambleas del consejo parroquial, breves avisos sobre cambios en el calendario, etc. El boletín suele no tener más que cuatro páginas, una de ellas con publicidad, para financiarse. Hoy algunas parroquias o grupos católicos lo hacen en México por internet. E impreso y ahora digitalmente también lo ha hecho por 30 años El Observador de la Actualidad. Celebrémoslo.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 27 de julio de 2025 No. 1568