Redacción

Por reglamento, en el terreno de juego los futbolistas de la Liga MX no pueden expresar su fe, pero fuera de él, nada les impide llevar una vida espiritual o frecuentar los sacramentos, y más si esto se combina con los esfuerzos de un club que busca la formación integral de sus jugadores.

Así lo mostró recientemente el club de futbol Atlas FC en sus redes sociales, donde dio a conocer que 16 futbolistas, entre ellos dos mujeres y cuatro jugadores de primera división, recibieron el sacramento de la Confirmación en una misa celebrada por el Cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara.

El evento que reunió a más de 100 personas, incluyendo padrinos y familiares, en el Auditorio Don Jorge Garciarce Ramírez de la Academia AGA, se registró como un momento trascendental para La Familia Rojinegra que lo vivió en un ambiente que unió liturgia, deporte y comunidad. Entre los confirmados estaban los jugadores Karol Contreras, Adrián Mora, César Ramos, Antonio Sánchez y Jesús Serrato, quienes renovaron públicamente su compromiso cristiano.

El grupo estuvo conformado por 14 varones y 2 mujeres, todos integrantes del entorno deportivo del Atlas, quienes se prepararon durante semanas para este momento bajo la guía del padre Roberto Ramírez, capellán de la Academia. Este acontecimiento no solo fue significativo por el número de confirmandos, sino también por su carácter simbólico: por primera vez, el máximo representante de la Iglesia católica en Guadalajara visitó oficialmente a un equipo de fútbol profesional para celebrar un sacramento.

La iniciativa surgió en 2024, cuando el club solicitó a la Arquidiócesis de Guadalajara la posibilidad de contar con un acompañamiento pastoral regular dentro de sus instalaciones. La respuesta fue positiva, y desde entonces se designó un capellán con la misión de atender espiritualmente a los miembros del club. La ceremonia no fue un acto aislado, sino el fruto de una apuesta clara por parte del Atlas FC por una formación integral de sus jugadores, que abarca tanto lo físico y técnico como lo humano y espiritual.

El club ha reiterado que, más allá del rendimiento en la cancha, busca formar personas sólidas, capaces de vivir con sentido, valores y trascendencia. Este cruce entre deporte profesional y vida sacramental recuerda que los estadios y campos de entrenamiento también pueden ser tierra fértil para sembrar el Evangelio.

Una relación contra las reglas

El testimonio de estos jóvenes —al asumir su fe con libertad y decisión en un ambiente muchas veces ajeno a lo religioso— lanza un mensaje potente, no sólo para la afición rojinegra, sino para todo el mundo del deporte, ya que contrasta con la prohibición de expresiones religiosas que con los años la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) ha implementado en las distintas ligas del mundo.

Esto comenzó en el 2009, cuando al presidente de la federación danesa de fútbol, Jim Stjerne Hansen, no le gustó que los jugadores brasileños que disputaron y ganaron la final de la Copa intercontinental 2009 en Sudáfrica, se abrazaran y recitaran una oración para agradecer a Dios. Dijo en ese entonces: “la expresión de fervor religioso de los brasileños ha durado demasiado tiempo. Crea una confusión entre la religión y el deporte. Es inaceptable”, indicó en un escrito dirigido a la FIFA.

Para el presidente de la federación danesa, no había lugar para la religión en el fútbol, por lo que solicitó la intervención de la FIFA para evitar el “peligro” de que, en el futuro, un partido de fútbol pudiera convertirse en un evento religioso.

Joseph Blatter, presidente de la FIFA en ese momento, amonestó a los futbolistas brasileños por su gesto y se comprometió además a vetar toda manifestación religiosa en los próximos mundiales de fútbol, comenzando con el de Sudáfrica en 2010.

La fe como refugio

Hoy en día, son muchos los jugadores que al anotar un gol levantan los brazos al cielo, se hincan y se persignan; o también hacen la señal de la cruz cuando entran al terreno de juego o cuando debutan. Miles de ellos a nivel mundial creen en algo, una divinidad a la que se encomiendan y agradecen cuando las cosas en su trabajo les salen de la mejor manera.

Es lo que pueden hacer, ya que el reglamento de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), en lineamiento con la FIFA, nos les permite expresar sus creencias en la ropa o mostrar alguna imagen religiosa, o de lo contrario, son sancionados con un monto económico.

Aunque en público la relación futbol-religión esté “fracturada”, al interior son muchos los clubes que siguen promoviéndola como algo integral, como parte de la libertad que tienen los jugadores para elegir cómo vivir y mostrar su fe.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 10 de agosto de 2025 No. 1570

 


 

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