Por ACN México

En Siria, un reciente bombardeo, que comenzó el 6 de octubre y hasta la madrugada del día siguiente, dejó a familias enteras en busca de refugio. La Iglesia permanece junto a su pueblo, cuidando de los niños, consolando a los ancianos y repartiendo alimento y esperanza a los más necesitados.

En medio de la guerra y la violencia en Alepo, el padre Hugo Alaniz, misionero argentino del Instituto del Verbo Encarnado, describe estas horas de angustia y miedo:

“Hasta las tres de la mañana hubo enfrentamientos intensos. Hemos estado recibiendo familias en el sótano de nuestra iglesia. La gente tiene mucho miedo”. Padre Hugo

Desde hace más de diez años, el padre sirve en Nuestra Señora de la Asunción, una parroquia que se ha convertido nuevamente en refugio para decenas de familias que buscan protección. Sin embargo, en medio de las ruinas, la Iglesia sigue siendo el refugio de los que no tienen a dónde ir. Los sacerdotes y religiosas permanecen junto a su pueblo, distribuyen alimentos, acogen a familias desplazadas y celebran la Eucaristía como fuente de consuelo y esperanza. ¡Juntos podemos darles una mano!

 


 

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