En esta Navidad, contemplamos el misterio más grande del amor: el Hijo de Dios nace en la sencillez de un pesebre para compartir nuestra historia, nuestras alegrías y también nuestro dolor y el sufrimiento.
«Una característica del amor es la cercanía con la persona amada. Quienes se aman están unidos todo el tiempo, pero de modo especial, en los momentos más significativos, así como en los momentos más difíciles de la vida. En Navidad, celebramos que el Hijo eterno de Dios, manifestando el amor inconmensurable del Padre hacia nosotros y amándonos él mismo hasta el extremo, se acercó a nosotros.
De este modo, nos amó con un corazón de hombre, compartiendo nuestras alegrías y nuestras tristezas, nuestra soledad y también nuestro miedo. El Papa Francisco, de feliz memoria, reflexionó varias veces sobre la ternura de Dios. En un discurso, decía lo siguiente:
Pase lo que pase, hagamos lo que hagamos, estamos seguros de que Dios está cerca, compasivo, listo para conmoverse por nosotros. La ternura es una palabra beneficiosa, es el antídoto contra el miedo con respecto a Dios, porque ‘en el amor no hay temor’ (1 Jn 4,18), porque la confianza supera el miedo. Sentirse amado, por lo tanto, significa aprender a confiar en Dios, a decirle, como quiere:
‘Jesús, confío en ti’.
En efecto, nosotros confiamos en Jesús, que ha venido a salvarnos. Además, ponemos en sus manos a todos los hombres y mujeres perseguidos, a causa de su fe en este niño, lleno de amor y de ternura para toda la humanidad.
ACN es una comunidad que se hace cercana a todos los que mantienen su fe y su esperanza en este tiempo de Navidad, pese a las adversidades de la discriminación, la represión y la persecución. Todos los bienhechores de ACN muestran su solidaridad, reflejando en sus corazones la ternura de Dios, pues con su ayuda se acercan a los que padecen grandes dificultades. A él le pedimos que haga brillar su luz sobre nosotros, en la gran celebración del nacimiento de su Hijo.»
¡Feliz Navidad a todos y gloria a Dios en el Cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!
En esta Navidad, sigamos siendo testigos de su ternura, cercanos a quienes más lo necesitan. Siempre unidos en la esperanza y la oración.
Con gratitud y oración,
P. Federidco Albatch, Asistente eclesiástico de ACN México





