Por Rubicela Muñiz

Estadísticas, así como innumerables experiencias personales y ajenas, ofrecen un testimonio contundente: un matrimonio se ve rebasado, a menudo hasta terminar en divorcio, cuando su centro no reside en el amor desinteresado y servicial, sino en la sombra del orgullo y el egoísmo. Esta realidad cruda y desafiante es el eje central de un trabajo literario que busca ser un faro de esperanza y conversión.

Así lo reafirma el jalisciense Jesús Zambrano, comunicólogo y especialista en Ciencias de la Familia, a través de su obra Crucificados, la otra cara del matrimonio. Un proyecto que, curiosamente, inició su camino no en las páginas, sino en el teatro, en el año 2012, antes de madurar y convertirse en libro en 2018.

De la parroquia al éxito literario

“Siempre me gustó el teatro. Tengo 36 años evangelizando a través de él”, explica Zambrano sobre su larga trayectoria artística y de servicio. Sin embargo, la semilla de Crucificados germinó de una necesidad pastoral muy concreta. “La idea de hacer un trabajo como este surgió en mi parroquia (San Ildefonso, Guadalajara). Llegaban muchos matrimonios con problemas muy puntuales y el padre no tenía tiempo de atenderlos a todos, así que me pidió ayuda”.

El párroco, consciente del talento y la formación de Jesús, le encomendó una misión: “Me dijo: ‘Jesús, hay muchas broncas matrimoniales y tenemos que hacer algo. Tienes que entrar a ayudarme con la consultoría’. Luego me dice: ‘Vamos haciendo una obra de teatro para matrimonios, y qué te parece que sea el Viacrucis del matrimonio. Haz algo para Semana Santa. Hay que hacer algo en favor de la familia y del matrimonio’”.

El éxito de la obra de teatro, cuyo objetivo principal era revelar el misterio y los desafíos inherentes al matrimonio, inspiraron a Zambrano a llevar el libreto a otro nivel. “Pensé que la historia no se podía quedar así. Yo quería hacer un libro, una novela. Se me ocurrió que Crucificados podía convertirse en esta novela, en este libro. Desarrollé más la historia, los personajes, y en el 2018 lo presenté en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Desde entonces, sigo en la misión, hablando del libro y dando conferencias”.

Una Cruz que es “escalera al cielo”

Crucificados, la otra cara del matrimonio narra la historia de Juana y Ramiro, una pareja con más de 30 años de casados que se encuentra al borde del divorcio “porque ya se usa, porque ya no se ve mal”, explica el autor. Su crisis se entrelaza con las historias matrimoniales de sus hijas, creando un reflejo multifacético de los problemas que aquejan a miles de familias en la actualidad y con los que el lector puede sentirse profundamente identificado.

El comunicólogo es consciente de que el título es “potente, fuerte y puede llegar a asustar a los matrimonios”, pero aclara inmediatamente su profundo sentido teológico y de esperanza: “Es porque no hemos entendido lo que es la Cruz: una escalera al cielo. Crucificados es una obra de esperanza para los matrimonios”.

La novela aborda con valentía la realidad que viven las familias: infidelidad, alcoholismo, violencia, codependencia y, ante todo, el egoísmo. También confronta los desafíos de muchos matrimonios jóvenes que, al priorizar proyectos personales sobre la pareja, generan un distanciamiento que conlleva consecuencias graves.

Zambrano detalla otros temas esenciales que toca la obra: “Abordamos el tema de la falta de comunicación asertiva, la falta de convivencia, cómo la rutina, las peleas constantes, el deterioro de la intimidad y la llegada de los hijos son situaciones que pueden ir dañando la relación”. Esta situación, a su vez, genera crisis en los hijos, quienes crecen en un “campo de batalla” que les hace dejar de creer en el matrimonio, buscando refugio en la rebeldía o influencias externas, incluyendo aquellas “amistades que ya están ideologizadas, que ya creen en el divorcio, que solo invitan a gozar”.

El autor reconoce que hay circunstancias extremas que ya no permiten seguir en el matrimonio (y que la Iglesia no obliga a nadie a permanecer donde su dignidad corre peligro), su historia se enfoca en la esperanza y la conversión, asegurando que el amor conyugal puede resurgir en plenitud.

Cristo, la esperanza y el poder del sacramento

Para Jesús Zambrano, la clave de la sanación no reside en las fuerzas humanas, que son limitadas, sino en la fe. “Aquí Cristo es la esperanza; él hace nuevo todo”, afirma, y añade su testimonio como familiólogo: “Cuando llegan matrimonios a punto de separarse, al ir abordando la situación que los llevó a la crisis, le pido al Señor que haga el milagro, porque es Él el que hace nuevo todo”.

El especialista resalta dos pilares fundamentales: el perdón como camino de sanación del corazón lastimado, y el sacramento del matrimonio como una ayuda divina. “Si nosotros queremos sacar adelante este proyecto de matrimonio y familia con nuestras fuerzas, no, somos muy limitados. Para poder dejar a un lado el egoísmo, para poderme donar y entregarme en este proyecto, necesito un amor grande y ese es el amor de Dios”.

La obra invita a entender la inmensa gracia que conlleva este sacramento: “Dios actuando en la vida del hombre y de la mujer. Es algo tan grande que Cristo lo eleva a la dignidad de sacramento porque es una unión santa que ayuda a los esposos a santificarse, sobre todo porque el matrimonio es una vocación al amor, al servicio”.

La esencia del libro, por lo tanto, es el amor crucificado. Un amor como el de Cristo por su Iglesia: “Crucificarse todos los días por amor para que el otro tenga vida. La cruz como una escalera al cielo”.

Los verdaderos enemigos

Ante la pregunta de cuáles son los verdaderos enemigos del matrimonio, Jesús Zambrano responde que “muchas veces pensamos que es mi esposo, mi esposa, porque es la persona que más me frustra, que más me hace sufrir y lo vemos como enemigo”. Pero en la esfera espiritual, la consultoría le ha revelado una verdad más profunda: “El verdadero enemigo es el demonio, porque él se goza destruyendo matrimonios”.

Sin embargo, el enemigo más tangible y devastador es el egoísmo. “Con más de 13 años de consultoría matrimonial y familiar, me doy cuenta de que el egoísmo da al traste todo. Hace que siempre veas por ti antes que por el otro. El demonio nos tienta y nos usa para dañar al otro”.

Para contrarrestar esta tendencia al mal y al pecado, el autor enfatiza la importancia de vivir el sacramento del matrimonio, la oración, la confesión y la Eucaristía. Son estas gracias divinas las que nos capacitan para domar el egoísmo. El matrimonio, según Zambrano, es un continuo combate espiritual, y la Cruz es la medicina que Dios utiliza para purificar al hombre.

Perdón y sanación integral

El libro resalta que la sanación no es un proceso “simplista o mágico”. Si bien Dios tiene el poder de sanar, lo hace a través de una pedagogía que requiere esfuerzo humano, tiempo y una relación profunda con Él. Zambrano explica que en la historia se detallan los pasos del perdón, que involucran la identificación de heridas, no solo las actuales sino también las pasadas.

“El perdón es una decisión porque, si no sueltas, se contamina toda tu vida. Una persona que vive enojada y resentida afecta todo su ser”, advierte.

Además, el autor promueve una ayuda integral para la conversión. Si existen heridas emocionales, es fundamental buscar a un psicólogo “acorde a nuestros valores y principios”. La sanación es completa, pues somos “cuerpo, mente y alma”, y se debe trabajar en los temas de la psicología, la psiquiatría, la medicina y, sobre todo, en la parte espiritual.

Un llamado a la vocación

Jesús Zambrano invita a las parejas en crisis a buscar ayuda y a leer el libro juntos, usándolo como un “buen pretexto para hablar”. No obstante, su recomendación se extiende a los hijos de esos matrimonios, para que no lleguen a vivir lo que se narra, sino que se preparen para el amor auténtico.

Al cerrar el libro, el autor quiere que el lector se quede con una convicción: nuestra meta es el Cielo, y el matrimonio es un camino de santificación. Cita la frase con la que la pareja central de su novela, Juana y Ramiro, supera su crisis: “En este amor estamos crucificados, muriendo cada día en espera de la gloriosa resurrección”.

Finalmente, Zambrano recuerda una profunda homilía que recibió como una luz en la escritura de su obra: un padre le dijo a unos recién casados: “A partir de hoy, todos los días tienen que subir a la cruz y morir a sí mismos, a su orgullo, a su soberbia, a su egoísmo, a sus vicios. Tienes que morir a todo ello para que ella tenga vida. Hija, tú también tienes que subir a la cruz y morir a ti misma… para que él tenga vida. Donarse, para que sus hijos tengan vida”.

Ese es el amor crucificado: donarse a sí mismo, entregarse sin reservas. La Cruz es el camino a la Resurrección.

Búscalo

*Si deseas adquirir el libro Crucificados, la otra cara del matrimonio, puedes encontrarlo a través de Amazon y de la tienda de María Visión.

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 28 de diciembre de 2025 No. 1590

 


 

Por favor, síguenos y comparte: