Por P. Eduardo Hayen Cuarón

En México existen algunas iniciativas de ley para promover la eutanasia. La iniciativa «Ley Trasciende», que impulsa la activista Samara Martínez, y que es apoyada por senadores y diputados del PAN, PRI y Morena, busca reformar la Ley General de Salud que prohíbe la eutanasia por considerarla como es, en realidad: un homicidio que se hace por falsa compasión.

Aprendamos de la experiencia traumática que se vive en Canadá, donde la eutanasia es legal desde 2016. En 2024 murieron en ese país 16,499 personas por suicidio asistido, lo que representa el 5.1% de las muertes en el país. Las personas que han perdido a sus abuelos por eutanasia a menudo se quedan desconcertadas y destrozadas, y siguen sin entender por qué sus mayores quisieron salir del mundo suicidándose. Los nietos se llegan a sentir con una grave culpa por no haber hecho algo más por ellos. ¿Cómo contarán a las futuras generaciones que la abuela fue una mujer fuerte durante su vida, pero que en los últimos momentos se rindió?

No, la eutanasia no es digna de los hombres. Últimamente es un acto de egoísmo y de cobardía que no toma en cuenta a los demás, mucho menos a Dios, en cuyas manos está la vida del hombre. No legalicemos en México esas inyecciones letales que sólo dejarán, a los familiares del suicida, conflictos, angustia y sufrimiento.

Imagen de Melanie en Pixabay


 

Por favor, síguenos y comparte: