Por Rubicela Muñiz
“Él me indicaba con qué persona debía tener relaciones sexuales, y era diario. Como yo no quería ir con ellos, me pegaba y me decía que tenía que acostarme con los clientes; si no, nos golpeaban con palos. No podíamos decir nada, porque nos encerraban con candado, y afuera la dueña siempre vigilaba la puerta…”.
Testimonios como este revelan una realidad dolorosa: la trata de personas sigue siendo uno de los delitos más lucrativos y silenciosos del país. A través de falsas ofertas de trabajo, promesas de amor o captaciones en redes sociales, cientos de víctimas caen cada año en redes de explotación sexual, laboral, mendicidad forzada o extracción de órganos.
Un diagnóstico alarmante
El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México presentó el 5° Reporte sobre la Trata de Personas en México, que recopila los resultados de la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas —servicio gratuito de apoyo psicológico y jurídico—, así como los principales retos y estrategias para fortalecer la atención a víctimas.
El estudio permitió no solo reunir datos estadísticos, sino también identificar nuevas tendencias del delito: la baja identificación por parte de las autoridades y la sociedad, el aumento del abuso sexual infantil, el uso de plataformas digitales y videojuegos para captar víctimas, la feminización del delito y la expansión de redes transnacionales.
Cifras que crecen
Desde 2019, la línea y el chat del Consejo operan con alcance internacional, reconocidos por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). De 2018 a 2025, 16 mil 730 personas recibieron atención, una cifra en aumento respecto a años anteriores.
Del total de reportes, 52% correspondieron a casos reales de trata. De enero de 2024 a junio de 2025, el 62% de los casos se originaron en entornos digitales, principalmente por pornografía infantil, mientras que el 38% restante involucró prostitución ajena, trabajo forzoso y otras formas de explotación sexual.
Según la UNODC, el número global de víctimas detectadas aumentó 25% en 2024, impulsado por la explotación infantil y el trabajo forzoso. En México, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) reportó 2 mil 770 menores víctimas de trata entre 2015 y 2024.
Puebla-Tlaxcala: el corredor de la trata
Lo que ocurre en la región Puebla-Tlaxcala, desde hace años, refuerza las cifras que se reportan a nivel nacional. La IBERO Puebla y el Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A. C., han alzado la voz, de manera constante, para visibilizar la gravedad detrás de la trata de mujeres, y analizar los obstáculos que persisten para acceder a la justicia en ambos estados.
Las cifras que reportan hablan por sí mismas: en Puebla se registraron 280 víctimas entre 2015 y 2022 (63% mujeres); en Tlaxcala, las redes de trata operan en al menos 17 estados del país, mientras que de 2022 a 2025 se atendió a 53 mujeres sin contar aún con un refugio especializado. Frente a este escenario, convocan a fortalecer la prevención, la atención a víctimas y la exigencia de justicia mediante la articulación entre academia, organizaciones civiles y comunidades.
En Puebla, la mayor parte de las víctimas son mujeres de más de 18 años, quienes usualmente son desaparecidas. Los municipios son los principales focos rojos de atención, pues las cifras y expresiones sugieren que la violencia de género se ha encrudecido, y no se ha atendido adecuadamente en las instancias gubernamentales llamadas a hacerlo.
En lo que se refiere a Tlaxcala, el panorama de la trata se centra en el sistema proxeneta, es decir, mecanismos de control que tienen como finalidad anclar a las mujeres a la explotación sexual. En esta dinámica está de por medio el amor romántico, el control, la pérdida de la individualidad, entre otros mecanismos.
A pesar de que diferentes organizaciones civiles y académicos reconocen que la trata está presente en 40 de los 60 municipios del estado, el gobierno de Tlaxcala ha negado reiteradamente que la problemática exista. Se asegura que las víctimas son seducidas, para luego ser llevadas a otras entidades o a Estados Unidos para su explotación.
De México y más allá
Las víctimas de trata en el país provienen de 17 nacionalidades, principalmente mexicana, hondureña, guatemalteca, colombiana y venezolana.
Entre las mexicanas (67.1%), los estados con mayor incidencia, además de Puebla y Tlaxcala, son Ciudad de México (27%), Estado de México (11%), Veracruz (7%), Jalisco (5%) y Chiapas (4%).
El enganche más común sigue siendo la oferta de empleo, incluso en modalidades no relacionadas con la explotación sexual.
El nuevo rostro del delito
El negocio de la trata se ha transformado. Hoy sus redes operan en el mundo digital, donde la captación puede multiplicarse con facilidad, especialmente entre niñas, niños y adolescentes.
Los tratantes ya no están en las calles; ahora se esconden detrás de pantallas, amenazando, manipulando y controlando. Utilizan estrategias como el grooming (acoso sexual a menores), la sextorsión (chantaje con material íntimo) y la producción y distribución de contenido sexual infantil.
Expertos insisten en la necesidad de que padres, docentes y orientadores mantengan un diálogo abierto con los menores sobre el uso responsable de internet y las señales de riesgo.
Mujeres y hombres en riesgo
Entre las víctimas identificadas en 2024 y 2025, el 62% son mujeres.
En su caso, la trata suele vincularse con la explotación sexual y la cosificación del cuerpo, mientras que los hombres son elegidos por su supuesta fuerza física, destinados al trabajo forzoso y la explotación laboral.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la trata de personas genera alrededor de 236 mil millones de dólares anuales en ganancias ilícitas. Los criminales utilizan incluso criptomonedas y activos digitales para lavar dinero, lo que exige una respuesta integral: legislación efectiva, cooperación judicial y financiera, innovación tecnológica y vigilancia ética.
Juntos contra la trata
En su mensaje para la XI Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, publicado en febrero pasado, el Papa Francisco cuestiona “¿cómo seguir alimentando la esperanza ante los millones de personas, especialmente mujeres y niños, jóvenes, migrantes y refugiados, atrapados en esta esclavitud moderna?” Y con firmeza responde que “solo elevando nuestra mirada a Cristo, nuestra esperanza, podemos encontrar la fuerza para un compromiso renovado que no se deje vencer por la dimensión de los problemas y los dramas, sino que se esfuerce en la oscuridad por encender llamas de luz, que juntas puedan iluminar la noche hasta que amanezca”.
La trata es un fenómeno complejo, advierte, “en constante evolución, y se ve alimentada por las guerras, los conflictos, el hambre y las consecuencias del cambio climático. Por consiguiente, requiere respuestas globales y un esfuerzo común, a todos los niveles, para contrarrestarlo”.
Y pone como ejemplo el trabajo de los jóvenes, que luchan contra la trata y se convierten en embajadores de la esperanza, algo que debería motivar a todos para “actuar juntos, con tenacidad y amor; que debemos estar al lado de las víctimas y los supervivientes”.
En su mensaje, el pontífice también hace un llamado a los representantes de los gobiernos y de las organizaciones que comparten este compromiso, “a unirse a nosotros, animados por la oración, para promover iniciativas en defensa de la dignidad humana, por la eliminación de la trata de seres humanos en todas sus formas y por la promoción de la paz en el mundo”.
La esperanza
Combatir la trata de personas implica visibilizar el problema, fortalecer la denuncia y proteger a las víctimas.
Detrás de cada cifra hay una historia truncada, una vida marcada por el abuso y la impunidad.
Solo con información, vigilancia y solidaridad social será posible cerrar el paso a un negocio que comercia con la dignidad humana.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 30 de noviembre de 2025 No. 1586





