Por José María Rodríguez Olaizola, sj No abrió la boca, como un cordero era llevado al matadero. No protestó, no se defendió… Lo que no he robado, ¿lo tengo que devolver? No. Ese día la voz que se oyó fue la del pecado. Vociferante, arrogante, gritón, tratando de...









