Por Felipe de J. Monroy, Director Vida Nueva México |

Corría la segunda mitad del siglo XIX en México, la búsqueda del poder entre dos grupos políticos antagónicos (liberales y conservadores) una guerra fratricida y la intervención francesa mantenían en vilo el futuro de la nación pero la dificultosa construcción de la República logró de la mano de los políticos liberales Juan ÁlvarezIgnacio Comonfort yBenito Juárez García la edificación de un aparato legal que cambiaría el panorama social, cultural y económico del país.

Hasta aquel momento, la Iglesia católica y sus ministros tenían parte en cada ámbito de la vida de los mexicanos pero las leyes que fueron promulgadas entre 1857 y 1863 dieron un viraje absoluto en la legalidad y costumbre social de la época y que muchas son vigentes hasta nuestros días. Carlos Villa Roiz, el autor del extenso estudio de caso que presentamos en la revista Vida Nueva México explica parte de las nuevas leyes: “la Ley de Administración de Justicia suprimía los fueros en materia civil del clero y del ejército, declarando a todos los ciudadanos iguales ante la ley y la sociedad… Se suprimió la coacción civil de los votos religiosos…se obligó a las corporaciones civiles y eclesiásticas a vender casas y terrenos… prohibió el cobro de derechos y obvenciones parroquiales y diezmo… se estableció el matrimonio como un contrato civil… el cese de intervención del clero en cementerios… la supresión de las fiestas religiosas”, entre otras.

La Iglesia, como apunta Villa Roiz, debía actuar: “La reestructuración geográfica era urgente y fue aprobada por el Papa Pío XII. Los obispos enfrentaban problemas de incomunicación en los amplios territorios de sus diócesis… para 1863, la situación de la Iglesia se hizo compleja debido a la pérdida de bienes que fueron expropiados por las Leyes de Reforma”. En este contexto nacieron las siete diócesis que este 2013 y 2014 están celebrando el sesquicentenario de su erección: Zamora, Zacatecas, León, Querétaro, Tulancingo, Chilapa y Veracruz (hoy Xalapa).

Estas diócesis que cumplen 150 años nacieron en medio de acciones bélicas que diezmaron a su población y son las primeras en emerger en una república laica, con nuevas reglas y sobrellevando ciertos matices de exclusión y acoso; a pesar de todo, crecieron junto a una renovada conciencia de su misión evangelizadora y en la búsqueda de una sana convivencia bajo la separación de la Iglesia con el Estado.

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