Por Gilberto HERNÁNDEZ GARCÍA |

Con el fin de “discernir los signos del Espíritu de Dios que alientan la esperanza de una reforma eclesial y a la vez revelan las resistencias del Pueblo de Dios en tiempos de violencia y muerte”, tuvo lugar el pasado fin de semana la II Jornada teológica, con el lema “Bajo el soplo del Espíritu. Resistencias, reformas y esperanzas del Pueblo de Dios”, a la que convocaron diversas organizaciones católicas y ecuménicas en México, entre ellas las Comunidades Eclesiales de Base (CEB’s) y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM).

La jornada se ubicó dentro del proceso al congreso de Teología “Iglesia que camina con Espíritu y desde los pobres” que se realizará en Belo Horizonte del 26 al 30 de octubre del 2015 y conmemora el cierre del Concilio Vaticano II. En el 2012 se realizó el I Congreso Continental de Teología en Sao Leopoldo, RS, Brasil para celebrar los cincuenta años del inicio del Concilio Vaticano II (1962) y los 40 años de la publicación del libro de Gustavo Gutiérrez Teología de la Liberación.

Impulsos del Espíritu en la realidad mexicana

Durante la jornada se presentaron algunas conferencias que aportaron datos, información, luces y sombras como insumos importantes o claves que favorecieron la discusión y el dialogo que se compartió en diferentes talleres. Abundó el análisis de la realidad que tuvo como propósito comprender mejor la realidad mexicana, enmarcada globalmente (latino y mundialmente): Luego, en el marco teológico se buscó “discernir por donde pasa el Espíritu de Dios hoy en nuestras iglesias, en nuestras comunidades, en nuestros grupos, en nuestras sociedades”. Finalmente un panel con diversas perspectivas (desde lo social y cultural; desde la vida religiosa; desde la Biblia y desde las universidades y la teología) sirvió para profundizar los elementos que obstaculizan y los que dinamizan el paso del Espíritu de Dios en la historia.

Una parte fundamental de la Jornada teológica fueron los talleres: “elegimos aspectos de la realidad que son relevantes y para los cuales contamos con talleristas expertos en la materia y son del interés de los participantes, sea para tomar conciencia, construir colectivamente estrategias, abrir perspectivas, compartir y dialogar desde nuestros saberes”, señaló la hermana Socorro Martínez Maqueo, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús y miembro de asociación de teólogos Amerindia, una de las entidades convocantes.

Así,  en los talleres se abordaron temas tan acuciantes como: “Los signos del Espíritu en la ciudad”, “Pastoral para la esperanza y la paz”, “Tráfico de personas. Una llamada a la defensa de la vida digna”, “La lucha organizada de las víctimas. Desaparición forzada”, “Juventud. Sujeto en la transformación social”, «La fuerza del Espíritu en la resistencia de los Pueblos Indígenas, hoy», “Usurpación de recursos y defensa del territorio”, “Espiritualidad en tiempos de violencia”, “Osadía y resilencia de las mujeres”, entre otros.

Responder con esperanza

La iniciativa ha trata de ser una respuesta a estos tiempos en que México está necesitado “de esperanza ante una situación compleja, oscura y nos ayuda reafirmar que el Espíritu está atento y presente en nuestra historia”, y ayudar a “sensibilizarnos, concientizarnos sobre diversos aspectos relevantes de la realidad, iluminarlos desde la fe para, de manera más organizada, actuar en consecuencia”,  apunta la religiosa.

“Si bien sabemos que estamos en una crisis civilizatoria, con una fuerte descomposición del tejido social y del menosprecio total (violento y cruel) de lo humano, sobre todo de lo humano periférico, excluido y empobrecido, también estamos convencidos que Dios no nos ha dejado solos ni a la intemperie”, asevera la también coordinadora continental de las CEB’s.

Martínez Maqueo añade: “Nuestra fe religiosa, aquella que nos une o re-liga con lo más profundo y sagrado de la vida misma, nace de una injusticia, nace de un crucificado que pregunta ¿dónde está Dios? Pero que al tercer día se deja ver resucitado, vivo, pleno, demostrando que Dios está del lado de las víctimas y no de los verdugos, que con la resurrección del Crucificado se nos revela no sólo la praxis que debemos seguir sino la espiritualidad que debemos profundizar: Bajar de la cruz a los pueblos crucificados”.

El encuentro ha querido aportar “un análisis global y sobre temáticas concretas; la reflexión desde la fe sabernos parte de colectivos inquietos, comprometidos; la construcción colectiva desde diversos saberes”. No fue un encuentro para especialistas, sino “para personas inquietas por la realidad mexicana y eclesial y con deseos de compartir lo que piensan, hacen o se necesita hacer”, comentó la religiosa; e indicó que participó mucha gente de base de las comunidades, agentes de pastoral, mujeres; porque se trató de construir colectivamente desde diversos saberes y con iluminaciones por personas con especialidades específicas.

Francisco, “un soplo del Espíritu”

Socorro Martínez reconoció que la presencia de Francisco está modificando “el momento de la Iglesia, ahora hay más oxígeno, una vuelta al Evangelio a la que todos estamos invitados”. También expresó que el mismo Papa es fruto de este “soplo”, del Espíritu. “Si bien no quisimos centrar todo nuestro diálogo en esta acción del Espíritu si lo tomamos en cuenta como uno de los signos de los tiempos más importantes en la historia eclesial contemporánea. Esta buena noticia emprendida por Francisco nos invita a descubrir el paso de Dios en nuestra historia y descubrir los rostros donde se encarna la esperanza cristiana y la posibilidad de una vida digna en medio del caos social de hoy”.

Además de las CEB’s y la CIRM, participaron en la organización de la II Jornada Teológica instituciones como el Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas (CENAMI), la Asociación Teológica Ecuménica de México (ATEM), Iyolosiwa, AC, Campo estratégico Fe y cultura de la Universidad Iberoamericana Puebla, y el Centro de Estudios Ecuménicos (CEE).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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