«Condenamos con firmeza las acciones del Presidente Trump en lo referente a la orden ejecutiva sobre el inicio de los trabajos para los oleoductos Keystone y Dakota. Permitir el saqueo y la destrucción de la maravillosa creación de Dios para apoyar la codicia de unos pocos es moral, espiritual y éticamente incorrecto y va en contra de las enseñanzas de todos los grupos religiosos”. Es la postura que ha hecho pública la asociación Franciscan Action Network (FAN).

La organización fundada por frailes, religiosas y laicos franciscanos de Estados Unidos se ha propuesto “ser solidaria con los hermanos y hermanas indígenas y con la tierra” ante la disposición del Presidente Trump de permitir la realización del oleoducto proyectado para pasar a través de la Reserva de Standing Rock Sioux, en Dakota del Norte, y del oleoducto de Keystone, en Alberta, Canadá, hacia Steele City Nebraska.

«Las poblaciones indígenas en la zona involucrada de Dakota nos han recordado que ‘¡El agua es vida!’. Como personas de fe que quieren responder a la llamada del Papa en la Laudato Si para proteger la Tierra y su población, debemos ser solidaridad con nuestros hermanos y hermanas indígenas y proclamar que ‘el agua es vida’, y declarar nuestra firme oposición a los trabajos de excavación de Keystone Pipeline y de Dakota Pipeline” ha dicho Patrick Carolan, director ejecutivo de la FAN.

“No se trata sólo de una cuestión moral, sino de una cuestión de libertad religiosa. La construcción de un oleoducto a través de la tierra sagrada de los pueblos indígenas es una violación de su libertad religiosa, exactamente igual que si el Presidente Trump hubiese dado el permiso para abatir la Catedral de St. Patrick en Nueva York para poder construir una refinería de petroleo en su lugar”.

 

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