El sacerdote Michael Ufana, uno de los casi 100 rehenes tomados por los rebeldes del «Moro National Liberation Front» (MNLF) en Zamboanga, ha sido liberado esta mañana y está sano y salvo. Lo confirma el Padre Sebastiano D’Ambra, misionero del PIME (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras), director del Centro para el diálogo islámico-cristiano «Silsilah» en Zamboanga, una ciudad en el extremo sur de la isla de Mindanao, en las Filipinas. Así lo da a conocer la Agencia Fides.

Mientras tanto, la crisis que se ha prolongado durante cinco días, después de que unos 180 guerrilleros del MNLF hayan atacado y ocupado un barrio de la ciudad, secuestrando a civiles y usándolos como escudos humanos, se está encaminando hacia la resolución. De hecho, «el ejército, que ya rodeaba a los rebeldes, ha anunciado un ataque que ha comenzado esta mañana a las 12», dice el misionero, que agrega: «Esperamos que el uso de la fuerza no se traduzca en una masacre».

La acción militar se ha decidido hoy en Zamboanga, al mismo tiempo de la llegada en Filipinas del Presidente Benigno Aquino, Jr. El área de la ciudad ocupada por los rebeldes, donde también está la casa de la comunidad religiosa católica Emaús, se ha visto sometida varias veces al fuego: «Es probable que sea una estrategia de la guerrilla para tratar de huir», explica el padre D’Ambra. Mientras tanto, el Centro «Sisilah» está ayudando a muchas familias desplazadas, dado que «un barrio de la ciudad ha sido completamente evacuado por las fuerzas militares y al menos dos mil familias están temporalmente sin hogar».

«La gente está muy cansada. Este episodio de violencia ha provocado nuevas tensiones en la sociedad. Hemos notado que los ánimos están divididos e incluso todo el trabajo paciente de diálogo entre la guerrilla y el gobierno en Manila ahora debe ser considerado. Hay que empezar todo de nuevo. Tenemos que trabajar el doble de trabajo, con la gracia de Dios y su bendición», concluye el misionero.

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