La situación en Filipinas, luego del paso del tifón Haiyanes, es desastrosa. «Los daños son realmente inmensos, especialmente en la isla de Leyte. Es la provincia que ha quedado más afectada; pero hay muchas más provincias y pequeñas islas afectadas». Así lo ha hecho saber el sacerdote Edwin Gariguez, Secretario General de la Fundación Cáritas de Filipinas (CBCP), en una entrevista concedida a la agencia humanitaria Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Se calcula que tras el fenómeno meteorológico el país ha quedado paralizado y se calcula que puede haber unas 10 mil víctimas por la catástrofe.
El padre Gariguez ha señalado que lo que las comunidades afectadas necesitan más urgentemente son alimentos y agua. Se ha informado de que en la provincia de Leyte se han producido saqueos porque las personas están desesperadas. También se dice que el número de muertos está aumentando. «Estamos intentando llegar a regiones sobre las que no se habla en los medios, pero sobre las que recibimos información de fuentes locales, en particular de las parroquias de las diócesis afectadas. Tantas personas están pidiendo ayuda… pero las dimensiones de este desastre son tan inmensas que incluso el Gobierno se ha dado cuenta de lo difícil que es llegar a todas las víctimas de este super-tifón tan devastador».
El sacerdote coordinador de Cáritas comentó que hay muchos iglesias y edificios de instituciones católicas que han sido afectados: «He recibido el informe de una religiosa de Cebú. Dice que el 80 por ciento de las comunidades está prácticamente destruido, incluyendo escuelas, iglesias y pabellones de deporte. La mayoría de los edificios se han desplomado».
El padre Edwin Gariguez ha invitado a la solidaridad internacional y expresó su gratitud a las personas que están orando por Filipinas en estos momentos de desgracias: «Por favor, haga saber a esas personas nuestra más sincera gratitud por su solidaridad y por estar con nosotros en estos tiempos difíciles. En nuestra región estamos acostumbrados a los tifones, que vienen y van; pero este super-tifón es realmente devastador… La gente está desesperada; muchos buscan a sus familiares y tantos han muerto».