Por Juan Gaitán |
Para este tiempo de posadas, una pequeña reflexión:
AFUERA: | ADENTRO:
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En el nombre del cielo
le pido una moneda, pues esta Navidad mi familia no tiene qué comer.
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Aquí no es casa de asistencia
ni refugio para migrantes, yo no puedo abrir, no vayan a ser ladrones. |
No sea inhumano,
ténganos caridad, que lo que hace con el más pequeño lo hace con el Hijo de Dios. |
Ya se pueden ir
y no molestar porque si me enfado los voy a denunciar.
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Venimos rendidos
desde Centroamérica. Yo soy obrero de nombre Germán. |
No me importa el nombre,
déjenme dormir, pues que yo les digo que el corazón no he de abrir.
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Una moneda te pedimos,
amado católico, por solo esta ocasión, los privilegiados del Reino de Dios.
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Pues si son privilegiados
del Reino de Dios ¿Cómo es que de noche andan tan solitos? |
Mi esposa es Elvira,
huérfana desde chiquita, y es de las que nos recuerdan el rostro pobre del Divino Verbo.
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¿Eres tú Germán?
¿Tu esposa es Elvira? Reciban mi ayuda peregrinos, no los conocía. |
Dios te pague hermano católico,
tu obra de misericordia, y que te colme el Cielo de felicidad. |
¡Dichosa la casa
que ayuda este día a esta familia que a Cristo vino a recordar! |
TODOS:
Entren santos migrantes, marginados, reciban esta cooperación, aunque es época de gastos se los doy de corazón.
¡Cantemos con alegría todos al considerar que este año celebraremos verdaderamente la Navidad! |