Acolman, uno de los lugares más emblemáticos de la arquitectura colonial en México, puede visitarse también de manera virtual gracias a un micrositio creado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
De esta manera, sin salir de casa, pueden recorrerse los antiguos espacios que ocuparon los frailes agustinos y las más de 120 piezas de arte sacro que conforman la colección del Museo Virreinal de Acolman, en el Estado de México.
Recreación del ambiente conventual
El convento de San Agustín de Acolman fue construido, bajo la dirección por los frailes agustinos, sobre una antigua basamento prehispánico. La obra, que se atribuye a fray Andrés de Olmos, para 1560 ya contaba con todas las áreas que actualmente se pueden visitar.
En el recorrido virtual puede ingresar al Templo de Acolman, —cuyo nombre deriva del náhuatl y significa “Hombre con mano o brazo”—, para contemplar unas hermosas tallas de San Pedro y San Pablo, y los retablos que ostentan óleos de la Virgen de Guadalupe y La Crucifixión.
En el Claustro Grande, donde está una hermosa Capilla Abierta o de Indios y el Refectorio, se aprecian pinturas murales del siglo XVI, como el Juicio Final y Santa Catalina de Alejandría, creados en 1560 por un autor desconocido.
Además puede conocerse el Claustro de los naranjos, ubicado en la planta baja del ex convento, donde hay elementos arquitectónicos con reminiscencias renacentistas, como un conjunto de anagramas o altorrelieves de alta calidad artística, donde sobresale el escudo de los agustinos tallado en las columnas.
Otra de las áreas que se incluye en el recorrido virtual son las celdas, que fueron usadas como espacios individuales donde los agustinos realizaban sus actividades espirituales y de descanso.
Arte devocional
El hoy ex convento agustino de Acolman fue expropiado a la Iglesia mediante las Leyes de Reforma y ya para 1925 albergaba el Museo Virreinal. En 1933 fue declarado Monumento Nacional.
El acervo del Museo está conformado por más de 120 piezas de los siglos XVI y XVII, como óleos sobre tela con motivos religiosos, textiles y tallas de madera, mismos que se exhiben en el Anterefectorio, el Refectorio y las Salas Capitulares, y demás espacios en los que hay ambientaciones de la época colonial.
