Según el informe “Trabajo decente y juventud en América Latina: Políticas para la acción”, realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hay casi 8 millones de jóvenes, entre 15 y 24 años de edad, que no tienen empleo y que se mueven en el subempleo y la falta de oportunidades.

En el documento se hace ver que incluso con el crecimiento económico de América Latina las tasas de desempleo permanecen altas y los datos son insatisfactorios para el desarrollo de la inserción laboral y educativa del joven en la sociedad.

Datos que componen el informe se refieren a 2011 y muestran que el 55,6% de los jóvenes trabajan en la informalidad; de cada 10 jóvenes que trabajan, seis están en condiciones de ilegalidad laboral y 21,8 millones de jóvenes no estudian y mucho menos trabajan. En el informe se concluye que los jóvenes latinoamericanos viven entre los problemas de la informalidad y del desempleo. El director general de la OIT, Guy Rider, afirma que “la falta de acceso a oportunidades de trabajo decente genera frustración y desaliento entre los jóvenes”.

La OIT afirma que la educación es un derecho fundamental y un factor decisivo para el desarrollo de los países. De acuerdo con los gráficos presentados en el documento, América Latina y el Caribe registraron en la década de los 90 avances significativos en el acceso a la educación primaria, sin embargo las tasas de acceso a la educación secundaria todavía continúan bajas.

En el informe se dice que 50 millones de jóvenes en América latina y el Caribe presentan indicadores preocupantes con el mercado de trabajo y llaman la atención sobre el desarrollo urgente de políticas diferenciadas como programas de capacitación laboral, protección social, legalización del trabajo decente juvenil y programas de inserción educativa. La OIT recomienda que se desarrollen políticas de empleo juvenil para facilitar la transición de la escuela al trabajo para aumentar la inserción del joven en el mercado de trabajo.

En el informe se concluye que es necesario priorizar el acceso a la educación, desarrollar un ambiente propicio para el ambiente empresarial, generar empleos decentes, promover el fortalecimiento del diálogo social, combatir la informalidad del trabajo juvenil y generar políticas socioeducativas que valoren a los jóvenes.

Con información de Adital

 

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