La Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS-Cáritas), ha informado que la Iglesia mexicana se prepara para enfrentar las posibles emergencias derivadas de desastres naturales.

Con el apoyo de diócesis que han enfrentado diversas eventualidades en los últimos años y el acompañamiento de la CEPS, a través de su dimensión Cáritas, se iniciará la capacitación de fieles para prevenir y hacer frente a este tipo de desastres en sus localidades, a fin de robustecer la red de apoyo de la comunidad católica hacia la sociedad, especialmente hacia los más desprotegidos.

A ese acuerdo llegaron representantes de las diócesis de Chalco, Texcoco, Cuautitlán, Tabasco, Tlalnepantla, Chilpancingo-Chilapa, Ecatepec, San Andrés Tuxtla y la Arquidiócesis de la Ciudad de México, en un encuentro realizado en Texcoco, el lunes pasado.

La capacitación sólo es el primer paso para ir construyendo una red de voluntarios que encabecen los esfuerzos en las distintas diócesis del País, ya sea para enfrentar una emergencia o para brindar ayuda a los hermanos en problemas. El objetivo es contar con equipos de trabajo listos para responder en las diversas circunstancias en que se dan estas crisis.

Durante el encuentro en que se alcanzaron estos primeros acuerdos para ir construyendo un protocolo de prevención y seguimiento de emergencias, los representantes de las diócesis de Tabasco, Chalco, Chilpancingo-Chilapa y San Andrés Tuxtla, relataron las diversas dificultades a las que se enfrentaron durante distintos desastres suscitados por fenómenos naturales o descuidos humanos.

Sus experiencias servirán de base para la formación de los agentes de la Pastoral Social Cáritas Emergencias, para elaborar los manuales locales y para aportar recursos humanos que sirvan como capacitadores y responsables de la red.

Los primeros pasos serán unificar conceptos, preferentemente acordes con los lineamientos que dan los organismos internacionales.

Especial cuidado se deberá tener en cada diócesis para seleccionar a las personas que serán capacitadas, pues deben tener un perfil acorde con las situaciones que deberán enfrentar, como largas jornadas de trabajo en condiciones a veces insanas durante la crisis, y en ambientes donde la desorganización y magnitud del problema requieren de una gran voluntad y capacidad de organización. Es decir, no necesariamente el catequista o el ministro de la comunión es la persona idónea para esta tarea, apuntaron algunos de los asistentes.

Se acordó también tomar como base el protocolo para emergencias que ya tiene elaborado Cáritas Internacionalis, pero asumiendo con todo respeto las decisiones autónomas de cada diócesis.

Lo más importante para estos casos es que los agentes fomenten entre la población la prevención de este tipo de problemas y, si ya fue afectada, el interés por buscar una solución propia, pues ante todo el siniestrado es el responsable de su rehabilitación.

Otro elemento a considerar es la búsqueda de la coordinación con organizaciones de protección civil, ya sean de los distintos niveles de gobierno u otras organizaciones no gurbernamentales o de asistencia.

Esta reunión promete ser la primera de una serie permanente de reuniones para mantener organizada la red nacional de emergencias de Cáritas Mexicana, una de las dimensiones de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, creada a instancias de los obispos de México.

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