Programa Nacional de Verano para la Pastoral Juvenil y el Ministerio Hispano 2014.

Por Jesús V Picón / Enviado Especial.

Más de 170 jóvenes vivieron el Programa Nacional de Verano 2014, del 29 de junio al 5 de julio en Austin, Texas, impartido por el Instituto Fe y Vida, con más de 20 años de historia.

Una de las misiones del Instituto Fe y Vida, fundado hace dos décadas por la doctora Carmen Cervantes —por cierto, mexicana de nacimiento—, tiene como objetivo formar, capacitar y empoderar a los líderes juveniles de todas las diócesis de Estados Unidos de América.

Esta vez se dieron cita jóvenes líderes protagonistas en sus comunidades, mayores de 18 años, sin importar su estatus migratorio —indocumentados, ilegales o residentes legales—; más bien son hispanoamericanos católicos que aman a su Iglesia; lideres elegidos por Dios para cumplir una misión especial de evangelizar a sus hermanos que llegan a un país diferente, lejos de su tierra materna; son conquistadores de las almas de los que también ya viven ahí. Su encomienda: ser misioneros; ése es su verdadero estatus desde el Cielo. Dios les permitió llegar a este país para evangelizar el territorio estadounidense. Y asistieron motivados por las ganas de ser formados y capacitados para un mejor desempeño en su ministerio.

Para llegar a este Programa Nacional de Verano, que se impartió durante una semana en las instalaciones de Sta. Edwars Universty, en Austin, Texas, algunos fueron apoyados por sus parroquia o diócesis, algunos más con el esfuerzo del Instituto Fe y Vida con algunas becas —insuficientes—, otros más gastaron sus ahorros sin importar no comprarse gustos y antojos: el televisor o los tenis deseados, la computadora o el ipad.

Algunos más trabajaron arduamente semanas y meses antes del encuentro; trabajaron vendiendo de todo, hasta los típicos tamales mexicanos, como es el testimonio de Karina Silva, que hizo esto para juntar los dólares necesarios a fin de vivir en carne propia el programa.

Otros más fueron testigos de milagros de la Divina Providencia, como es el caso de José Funes, de Washington, DC, que se encomendó a Dios, trabajó arduamente, oró y confió, y recibió milagrosamente lo necesario para asistir; o como la hermana Milagros, que contó cómo, haciendo oración de rodillas ante el Santísimo, alguien se acercó y le puso unos billetes en su mano y con ello pudo asistir al programa.

Llegaron por avión, autobús y, otros más, en sus propios vehículos, en caravanas; desde Alaska y Miami, desde el este y oeste, de todos los rincones de EUA fueron llamados y elegidos; cada uno con su historia de fe llegaron al encuentro.

Con historias únicas, algunas de mucho dolor que vienen cargando desde sus países de origen en América, pidiendo permiso en el trabajo, otros más perdiéndolo, no les importó; esta semana vivida enterraron muchos de esos miedos y los dejaron en manos de Dios. Estos jóvenes mayores de 18 años se capacitaron para dar frutos en su ministerio como coordinadores y animadores de grupos juveniles en sus parroquias y diócesis.

En sus miradas, en sus ojos, ventanas del alma, se percibe el hambre por conocer su fe católica, para formar las comunidades cristianas, aquellas que formo Jesucristo con sus apóstoles, con un liderazgo participativo y compartido; ése será el modelo a su regreso a sus lugares de origen es sus diócesis y parroquias, en sus grupos juveniles.

La jornada diaria fue intensa: la capacitación empezaba temprano desde las 7 am y terminaba casi hasta las 10 de la noche; intensa jornada de oración, oración y oración; con una rica y densa capacitación, con charlas de sus asesores, lecturas, evaluaciones, dinámicas y juegos, vivas y gritos, cantos y alabanzas católicas enriquecieron su experiencia.

Se fueron, acabo ya; su capacitación terminó el sábado 5 de julio y ahí van, el Señor los envío, llenos del Espíritu Santo, colmados de bendiciones. Van llenas sus maletas de libros, escritos; van llenas de abrazos, de nuevos amigos, hermanos en Cristo; llenas sus maletas de semillas que tendrán que sembrar y cultivar, regar y cuidar, semillas que servirán para mover las almas con su ejemplo, con su testimonio de fe.

Con certificados en mano, posaron orgullosos los hijos de Dios. Si, con muchas lágrimas se despidieron, así es este mundo ahora: un valle de lágrimas; pero se van con fe y esperanza de cumplir su encomienda. Como anécdota queda, se acabó el día, la semana del programa de verano llegó a su fin, con un atardecer hermoso se cierra, con una sonrisa de Dios. Ya se alejaron. Si ellos son los profetas de esperanza, tal vez ya no se vean de nuevo en la vida; queda Facebook para seguir en contacto; están seguros de verse algún día, en otro lado, alcanzando la santidad; van con la encomienda de que el Cielo será su verano final.

Fui invitado, fui enviado y mi misión era traer fotos, videos y entrevistas del Programa Nacional de Verano para la Pastoral Juvenil y el Ministerio Hispano 2014, me traje a Querétaro México las maletas llenas de recuerdos, me traje las sonrisas de estos jóvenes líderes hispanos, me traje el corazón lleno de amigos, que digo de hermanos y hermanas, será muy difícil sacarlos de mi corazón. Jesús V. Picón

Para ver fotos del Programa de Verano dale clic en este enlace >>> https://www.facebook.com/observacatholic/posts/10152597447227022

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