Mark y Louise Zwick encontraron una opción de vida en los refugiados y en los migrantes. Narran de viva voz en la sede central de la Casa de Hospitalidad Juan Diego, en Houston, Texas.
La Casa Juan Diego fue fundada en 1980, siguiendo el modelo del Trabajador Católico de Dorothy Day y Peter Maurin. El sentido de la casa es el servicio a los migrantes y a los pobres. De una casa pequeña ha crecido a diez casas de hospitalidad.
Casa Juan Diego publica el periódico El Trabajador Católico de Houston seis veces al año, para compartir los valores del movimiento del Trabajador Católico y dar a conocer las historias de los inmigrantes y refugiados, casi siempre desarraigados de sus lugares de origen por las consecuencias de la economía global.
Sostenida por el trabajo, la oración y las contribuciones voluntarias de los donadores, también sostiene –entre otras muchas ayudas a los inmigrantes y refugiados– una Casa de Hospitalidad para mujeres en la que ofrece alojamiento y servicios para inmigrantes, mujeres y niños, especialmente a las embarazadas o violadas, o a aquellas mujeres con sus hijos cuyos maridos han sido deportados.
También da hospitalidad y atención médica a inmigrantes con diversos tipos de parálisis o que se encuentran seriamente enfermos, quienes viven en una comunidad para sentir la compañìa que les hace una enorme falta en Estados Unidos.