Por Leo García-Ayala |
Francisco tuvo que dejar la universidad: sus calificaciones no dieron para seguir manteniendo la beca que había ganado el semestre pasado. Aunque intentó tener un trabajo de medio tiempo, pronto se dio cuenta de que no podía hacer ambas actividades porque sus labores le quitaban tiempo para estudiar. Su familia por lo pronto no puede ayudar a que siga con la carrera ya que su papá está desempleado.
Por desgracia, Francisco pasó a alimentar las estadísticas: en México, más de la mitad de los jóvenes de 18 años, que deberían estar en la escuela, desertan de ella por diversos motivos.
Oportunidades educativas
En el país, según el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, casi todos los niños de 11 años asisten a la escuela; a los 16 años sólo 70 por ciento y a los 18 la problemática se agudiza porque 52 por ciento deja de estudiar.
La Institución señala que entre los cinco y los 13 años más de 90 por ciento de la población mexicana recibe instrucción, mientras que en países como Bélgica y Suecia ese mismo porcentaje se extiende hasta los 18 años.
Al referirse a las oportunidades educativas en México, los investigadores han señalado que en el país apenas 48 por ciento de los jóvenes de esa edad permanece en las aulas. También nos hacen saber que el sistema educativo mexicano atiende entre 94 y 95 por ciento de la demanda en enseñanza básica, el 61 por ciento de la de nivel medio superior y 25 por ciento de la superior.
Deserción escolar: problema latente
Según cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la deserción escolar es una problemática que se agudiza en el nivel medio superior, ya que en la primaria se registra anualmente 1.2 por ciento, en secundaria 7.2 por ciento y en bachillerato 15.3 por ciento. Los motivos por los que niños y jóvenes dejan la escuela son el atraso en los grados de escolaridad, pues entre 86 y 88 por ciento de pequeños del nivel básico cursan el grado que les corresponde pero el resto presenta rezago.
Otra causa muy marcada es la necesidad de trabajar: casi el 60 por ciento de los varones y cerca de 40 por ciento de las mujeres que dejan de estudiar; mientras que de las niñas entre 12 y 17 años entre el 14 y 20 por ciento abandona su instrucción por embarazo o matrimonio.
En el resto de los casos dejan las aulas porque los padres los obligan, ya sea por lejanía del centro de estudios o por falta de dinero, comenta la SEP.
Cuando a los jóvenes se les preguntan cuáles son sus motivaciones para seguir estudiando, el 68 por ciento de los jóvenes dice que espera que la educación le aporte un trabajo digno; el 13 por ciento lo hace “para ganar dinero”; mientras que el 12 por ciento asegura estudiar para obtener conocimientos; y algunos despistados, el tres por ciento, dice que va a los centros educativos “para conocer gente o hacer amigos”.