Por: Zoila Bustillo / www.siame.mx.
El P. Salvador Carrillo Alday recomienda tener fe, pedir la asistencia del Espíritu Santo y buscar ayuda para el correcto estudio de la Palabra de Dios.
Poner la Biblia en un anaquel y dejarla allí como un adorno, es lo peor que puede hacer un católico con la Palabra de Dios, asegura el P. Salvador Carrillo Alday, de los Misioneros del Espíritu Santo, quien por más de 60 años se ha dedicado al estudio y enseñanza de las Sagradas Escrituras, por lo que es recocido a nivel mundial.
En entrevista con el semanario Desde la fe, el primer mexicano en tener un Doctorado en Sagradas Escrituras por la Comisión Bíblica de la Santa Sede, maestro de muchas generaciones de seminaristas, sacerdotes, religiosas y religiosos, así como cientos de laicos y fundador del Instituto de Pastoral Bíblica, lanza una invitación a todos los fieles católicos: “Comiencen a leer la Biblia ¡ya!, y descubrirán un tesoro”.
A sus 87 años de edad, y con una gran lucidez, el P. Carrillo Alday revela que actualmente se dedica a la contemplación de la Santísima Trinidad, “el misterio de los misterios”, y habla sobre la importancia del correcto estudio de la Biblia, que es la “Palabra de Dios, Palabra Divina, que se va metiendo en el corazón y produciendo su fruto”, pero que necesita ser leída con fe para comprenderla adecuadamente.
–¿Qué les dice a los fieles en este mes de septiembre, dedicado a la Biblia?
–Que lo que leen en la Biblia no es obra de ningún hombre, que no la vean como cualquier libro, sino que es la Palabra de Dios, ciento por ciento, escrita por Dios a través de los autores humanos.
–¿Por qué es importante la Biblia?
–Es el alimento que hace bien a todo el mundo, y si alguno se escandaliza, es porque le hace falta preparación, por ejemplo: “amarás a Dios sobre todas las cosas y a tú prójimo como a ti mismo”. Si uno escucha con el corazón esas palabras, entonces encuentra su dependencia de Dios, encuentra un tesoro.
–¿Qué se necesita para leer la Biblia?
–Lo primero, es el deseo puesto por el Espíritu Santo de leer esa Palabra, y luego, tener fe en que no es una Palabra humana, banal, sino la Palabra de Dios; leyéndola de esa manera, la persona cambia.
–¿Cómo lograr una correcta interpretación de la Palabra de Dios?
–Con humildad. Así como todos necesitamos cursar primero de primaria, porque si entramos a tercer grado no entendemos nada, igual para la Biblia es necesario tener alguien que nos conduzca a leerla como debe de ser, siempre se necesita una persona, un hermano que haya estudiado la Palabra de Dios para que nos enseñe; para eso hay muchos cursos de introducción a la lectura de la Sagrada Escritura.
–¿Qué les dice a quienes no leen la Biblia?
–Que comiencen ahora: son 73 libros divididos en el Antiguo y Nuevo Testamento. Para los que no conocen nada de las Sagradas Escrituras, hay que iniciar con los cuatro Evangelios: san Marcos, san Juan, san Lucas y san Mateo, que son los libros fundamentales del cristiano y que nos hablan directamente de Jesús.
–¿Qué les dice a los que leen la Biblia todos los días, pero sin ningún método?
–Es mejor poco que nada; hacen muy bien, pero deben comprender lo que leen, porque si no, les puede pasar como al etíope que iba camino de Gaza leyendo en voz alta al profeta Isaías, y se encuentra con Felipe, el evangelista, quien le pregunta: ‘¿entiendes lo que lees?’ y él respondió: “¿Y cómo puedo entender, si nadie me enseña?”
–¿Qué consejo le da a los fieles sobre la Biblia?
–Hay de libros a libros, una cosa es el Antiguo Testamento, el de las promesas; otra el Nuevo, el de las realizaciones divinas. Cuando me piden: ‘deme unos diez versículos para leer’, aconsejo el capítulo 5 del Evangelio de san Mateo, las Bienaventuranzas… les pido leerlas despacio y pensar: ‘¿es un mensaje para mí, es el Espíritu Santo que me está hablando, cómo puedo poner en práctica esto?’
–¿Cómo saber si se tiene la Biblia adecuada?
–Hay muchas biblias, pero una adecuada para los católicos, es la que tiene el imprimátur, o sea, la declaración oficial de la autoridad eclesiástica.
–¿Qué le dice a quienes opinan que la Biblia es un libro pasado de moda?
–Al contrario, desde el año 1964, cuando terminó el Concilio Vaticano II, comenzó un reflorecimiento del conocimiento de la Palabra de Dios como nunca, y ahora el Papa Francisco invita constantemente al conocimiento y al estudio de la Biblia.
–¿Qué mensaje le manda a los fieles laicos?
–Que le pidan al Espíritu Santo: “tú que hiciste escribir la Palabra de Dios, concédeme tu asistencia y tu luz para leer y comprender algo de lo que Tú mismo has escrito en la Biblia, Palabra de Dios”.