«Celebrando a todos los Santos y conmemorando a todos los fieles difuntos, la Iglesia peregrina en la tierra vive y expresa en la Liturgia el vínculo espiritual que la une a la Iglesia celeste», señaló el Papa Francisco, antes del rezo mariano del Ángelus, con la participación de numerosos peregrinos que acudieron a la Plaza de San Pedro, también en esta Solemnidad para rezar con el Papa.

Y, poniendo de relieve que «en la gran asamblea de los Santos, Dios ha querido reservar el primer lugar a la Madre de Jesús» y que «María está en el centro de la comunión de los santos, como singular custodia del vínculo de la Iglesia universal con Cristo», el Obispo de Roma reiteró que «para el que quiere seguir a Jesús por la senda del Evangelio, Ella es la guía segura, la Madre que acorre en seguida, siempre atenta, a la cual confiar todo anhelo y dificultad».

«¡Recemos junto con la Reina de todos los Santos para que nos ayude a responder con generosidad y fidelidad a Dios que nos llama a ser santos como Él es Santo!» – invitó el Sucesor de Pedro tras recordar que «hoy alabamos a Dios por la multitud innumerable de los santos y de las santas de todos los tiempos: hombres y mujeres comunes, simples, a veces últimos’ para el mundo, pero ‘primeros’ para Dios. Al mismo tiempo recordamos a nuestros queridos difuntos visitando los cementerios: ¡es motivo de gran consolación pensar que ellos están en compañía de la Virgen María, de los Apóstoles, de los mártires y de todos los santos y santas del Paraíso!»

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