Misiones salesianas |
Más de 500 millones de mujeres en el mundo no saben leer ni escribir y, por lo tanto, desconocen sus derechos y no participan en la toma de decisiones de sus comunidades. En ellas recae el peso de la economía familiar: son madres y trabajadoras que tienen a su cuidado a toda la familia pero que también cultivan los campos y cuidan a los animales.
La pobreza sigue teniendo rostro de mujer en el mundo. Hay más de 40 millones de niñas que no van a la escuela, 64 millones de niñas que son obligadas por sus familias a casarse, 14 millones de adolescentes que dan a luz cada año, más de medio millón de mujeres que muere durante el embarazo o en el parto… son algunas de las cifras contra las que se lucha y que tienen una palabra clave: educación.
Educación, alfabetización, charlas sobre derechos, apoyo a niñas de la calle, reinserción de las menores traficadas y explotadas laboral y sexualmente, maternidades… son algunas de las acciones de los misioneros salesianos.
El papel de la mujer es fundamental en el desarrollo de los pueblos y en la lucha contra la pobreza. Su educación es vital para romper el círculo de la pobreza en el que vive la mayoría de ella en el mundo. Una niña que acude a la escuela querrá seguir estudiando para tener un trabajo estable y una vida digna, por ese motivo tardará más en casarse y en tener hijos; cuando los tenga sabrá cómo cuidarlos y alimentarlos y eso también contribuirá a mejorar la higiene y la alimentación de la familia. Sabrá leer y escribir y por eso podrá participar en la toma de decisiones de su comunidad y conocerá sus derechos.
La educación de las menores, como mujeres del mañana que serán, es clave para favorecer su autonomía y para que tengan voz propia y conozcan sus derechos.