Por Sergio GUZMÁN, S.J. │

 

En la Carta Apostólica que el Santo Padre Francisco escribió a todos los consagrados con ocasión del Año de la Vida Consagrada podemos leer: “Que este Año de la Vida Consagrada sea también una ocasión para confesar con humildad, y a la vez con gran confianza en el Dios amor (cf. 1 Jn 4,8), la propia fragilidad, y para vivirlo como una experiencia del amor misericordioso del Señor; una ocasión para proclamar al mundo con entusiasmo y dar testimonio con gozo de la santidad y vitalidad que hay en la mayor parte de los que han sido llamados a seguir a Cristo en la vida consagrada. Este Año nos llama también a vivir el presente con pasión. La memoria agradecida del pasado nos impulsa, escuchando atentamente lo que el Espíritu dice a la Iglesia de hoy, a poner en práctica de manera cada vez más profunda los aspectos constitutivos de nuestra vida consagrada”.

A continuación recomiendo una serie de películas para adentrarnos en la vida de hombres y mujeres que se consagraron de manera radical al seguimiento de Jesús y la misión de anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios.

 

San Pedro de Giuliu Base (Italia, 2005, 197 min.)

Vida y obra del apóstol san Pedro protagonizada por Omar Sharif. La película nos lleva desde el momento en que Pedro contempla de lejos a Jesús hasta que él mismo es crucificado. Con buen movimiento de cámara, primeros planos y la estupenda actuación de Sharif descubrimos en Pedro a un hombre apasionado y lleno de fe. Una fe que lo conduce a anunciar con valentía la Resurrección de Jesús y a continuar -junto con los demás apóstoles- la misión de Cristo. Esta historia de los inicios del cristianismo es fuerte e impactante, sigue principalmente los acontecimientos recogidos en los Hechos de los Apóstoles. A sus 73 años el actor egipcio declaró: “Hacer el papel de Pedro ha sido tan importante que incluso ahora sólo puedo hablar sobre ello con dificultad”.

 

San Pablo de Roger Yung (Italia, 2000, 175 min.)

Un largometraje que nos cuenta la fascinante historia del apóstol san Pablo: judío nacido en Tarso, educado en Jerusalén, discípulo de Gamaliel, estricto observante de la Ley, perseguidor de los cristianos… a quien Jesús resucitado se le presenta camino a Damasco para cuestionarlo en su fe y en sus acciones: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hch 9, 4). Con una buena producción, la película nos atrapa, emociona y alimenta nuestra fe. Rubén, personaje ficticio, amigo y luego oponente de Pablo, puede confundir un poco en esta historia fundamentada en los Hechos de los Apóstoles. Dejando de lado esto, la película funciona y puede ser un buen instrumento para celebrar la fe y comunicar el Evangelio: “¡Ay de mí si no evangelizara!” (1 Co 9, 16), podemos decir con el apóstol Pablo.

 

San Ignacio de Loyola de José Díaz Morales (España, 1949, 100 min.)

La película cuenta la vida Ignacio de Loyola (1491-1556) desde su juventud hasta su muerte. La marcha de San Ignacio sirve de introducción para presentarnos al fundador de la Compañía de Jesús. Contada de manera lineal el director nos lleva por varios lugares por donde anduvo Ignacio, o más bien donde el Señor Jesús lo fue conduciendo: Loyola, Manresa, Jerusalén, Salamanca, París y Roma. Las palabras e imágenes ciertamente se quedan cortas. No es fácil comprender las mociones espirituales que se agitaban en el interior del Peregrino (así se llama a sí mismo Ignacio en su Autobiografía). En espera de una película a color y con una mayor producción, esta película cumple su cometido de adentrarnos en la vida y obra de este gran santo que sigue causando tanta admiración, devoción y respeto.

 

Santa Teresa de Juan de Orduña (España, 1962, 131 min.)

Esta película es una aproximación a la vida de Santa Teresa de Jesús (1515-1582), fundadora de la orden de las Carmelitas Descalzas, mística y doctora de la Iglesia. Con la atinada actuación de la actriz española Aurora Bautista, podemos introducirnos al espíritu de esta mujer excepcional apasionada por Cristo. La película tiene dos partes: la primera está basada en el libro de su vida, la segunda atiende las fundaciones monásticas. Es una pena que haya pocas referencias al contexto político, económico y social de la España del siglo XVI. En este año que se cumplen 500 años del nacimiento de Santa Teresa es interesante ver las otras películas que se han hecho sobre ella: la de Josefina Molina interpretada por Concha Velasco (1984), Teresa: el cuerpo de Cristo de Ray Loriga protagonizada por Paz Vega (2007). Hay que decirlo, nos sigue faltando la película que haga justicia a Santa Teresa de Ávila.

 

Molokai, la isla maldita de Luis Lucia (España, 1959, 105 min.)

A finales del 1800, en Hawai, un comité de higiene decidió que los leprosos debían pasar el resto de su vida en la isla de Molokai, un territorio completamente aislado, en el que imperaba la ley del más fuerte y la muerte. Allí llegó como voluntario el padre Damián, un sacerdote belga de la congregación de los Sagrados Corazones. El misionero, con amor, paciencia y gran celo apostólico, transformó aquella isla maldita en una comunidad ejemplar en que se atendía a todos con respeto y dedicación. Película en blanco y negro que no ha envejecido; que nos hace pensar en la nuevas formas de pobreza, exclusión y discriminación… y por supuesto en cómo contrarrestarlas con un espíritu evangélico como el del padre Damián.

 

Crónica de un hombre santo de Cristián Campos (Chile, 1990, 121 min.)

Crónica de un hombre santo es una miniserie chilena sobre la vida del Padre Alberto Hurtado, S.J. (1901-1952) que fue producida y emitida por el Canal 13 en 1990. Como lo dice el título de esta serie –ahora ya en formato DVD- aquí se nos cuenta en orden cronológico los hechos más relevantes de este sacerdote jesuita desde su entrada a la Compañía de Jesús hasta su muerte. En todos sus ministerios -como director espiritual y consejero de cientos de personas, profesor universitario y de colegios, director de Ejercicios, asesor de Acción Católica y de las Congregaciones Marianas, fundador del Hogar de Cristo- el Padre Hurtado se identifica y lo identifican con los pobres. El fundamento y el motivo de su amor al hermano fue Cristo. “El pobre es Cristo”, le gustaba decir en todo apostolado y esto lo vivió hasta el final.

 

Rosa de Lima de José María Elorrieta (España, 1961, 97 min.)

Esta película relata la vida de Isabel Flores de Oliva (1586-1617), quien más tarde fue conocida como Rosa de Lima y fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671. Una mujer excepcional, de bellas facciones y gran corazón. A través de conmovedoras imágenes, diálogos profundos y la atinada interpretación de María Mahor; descubrimos la fe tan grande de esta seglar, miembro de la Tercera Orden de Santo Domingo, que no hizo otra cosa que orar en la ermita de su huerto y ver por las necesidades de los pobres: ahí donde encontraba a Cristo. Al adentrarnos en la película pueden resonar aquellas palabras de Mateo: “Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me acogieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y acudieron a mí” (Mt 25, 35-36).

 

Romero de John Duigan (E.U., 1989, 105 min.)

Filmada en el estado de Morelos, México, el actor Raúl Julia nos ofrece quizá la mejor actuación de su carrera en el papel de Monseñor Romero (1917-1980): cuarto arzobispo de San Salvador, pastor comprometido que en sus homilías dominicales denunció numerosas violaciones a los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad con los pobres y las víctimas de la violencia en su país. Un día antes de su muerte, hizo un enérgico llamamiento al ejército salvadoreño: “Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos… La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada… les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión”. Un film serio, bien documentado, impactante.

 

Pena de muerte de Tim Robbins (E.U., 1995, 123 min.)

Inspirada en la verdadera historia de la relación de una religiosa (Helen Prejean, C.S.J.) con un hombre condenado a muerte; esta provocativa reflexión sobre el crimen, el castigo y la redención, llevó a Susan Sarandon a obtener el Oscar 1995 como Mejor Actriz, así como la nominación de Sean Penn como Mejor Actor. La hermana Helen (Sarandon), quien trabaja en un barrio pobre de Nueva Orleans recibe una carta de Matthew Poncelet (Penn), un criminal que espera su ejecución en el Pabellón de la Muerte. Helen lo visita en la cárcel y se ofrece acompañarlo en este difícil proceso. ¿Será la hermana Helen capaz de mantenerse firme en el intento de salvar a Matthew antes del fatal día de su ejecución? ¿En medio de tanta maldad podrá la hermana Helen adentrarse y reconocer la humanidad que hay en este criminal? Pena de Muerte es una ágil y absorbente película con genuino suspenso de principio a fin.

 

Padre Pro de Miguel Rico Tavera (México, 2007, 104 min.)

Película biográfica del beato Miguel Agustín Pro, S.J. (1891-1927). Con un guión serio y bien documentado del P. Alberto Vargas, S.J. y protagonizada por el también jesuita Pedro Reyes, la película nos cuenta la vida del padre Pro donde se resalta su buen humor, entrega y heroísmo; a la vez que nos adentra en el contexto histórico de la persecución religiosa del gobierno de Plutarco Elías Calles. El P. Vargas comentó antes de su estreno y salida en video: “El padre Pro toca la llaga, nos sigue doliendo… la película era una necesidad, desde el corazón, de rescatar la verdad histórica de nuestro México y de aquellos Mártires, héroes de la fe”. La película ganó el Premio del Público en el Festival de Cine Tercer Milenio; el trofeo se llama Sphera de Luz y se les entrega a personas o filmes que son difusores de luz, verdad y de valores.

 

 

 

 

 

 

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