Por Francisco Xavier SÁNCHEZ |
En estos días hemos escuchado a través de los medios informativos, la batalla jurídica que han tenido las señoras Aramburuzabala y Teresa Pérez Romo (esposa del periodista “estrella” de Televisa López-Dóriga), por lograr el permiso para construir algunos departamentos en Polanco. Dos familias con mucho poder y dinero que han hecho parte de su fortuna atontando a los mexicanos; una con cerveza y la otra distorsionando la información. Pero no hablaré aquí de la manera cómo han logrado gran parte de su riqueza, sino del gran daño que se está haciendo a la ciudad de México al construir nuevas zonas residenciales.
La gran mayoría de los habitantes del área metropolitana que tenemos la fortuna de tener trabajo –y muchos que no tienen pero salen a buscarlo–, aunado a estudiantes, comerciantes, empresas, distribuidores, etc., etc., todos los días tenemos que enfrentarnos al INHUMANO TRÁFICO de nuestra ciudad. Creo que la palabra inhumano es correcta en este caso. ¿Qué es lo inhumano? Lo que va contra la dignidad del ser humano, lo que lo denigra. Yo me pregunto: ¿Es normal pasar –en muchas ocasiones– de 4 a 6 horas diarias en el carro atrapados en el tráfico de nuestra ciudad? Y eso en algunas ocasiones, porque hay veces que dependiendo del lugar, algunas personas hacen más tiempo, casi una tercera parte del día metidos en un automóvil publico o privado, para poder salir y regresar a sus hogares.
¿Y qué hacen nuestras autoridades para remediar todo esto? Construyen segundos pisos de carreteras (aunque los pisos principales estén llenos de baches) y dan permisos para construir torres residenciales, que van surgiendo en la ciudad como champiñones, casi de la noche a la mañana. ¿A este ritmo de crecimiento cómo se va a poner de invivible la ciudad de México y el área metropolitana en los próximos años? A las familias más poderosas de nuestro país no les preocupa saberlo, porque viajan en helicópteros y ni siquiera tienen necesidad de salir de sus residencias para trabajar, la ciudad les pertenece.
Es vergonzosa la nula efectividad del Partido Verde Ecologista de México, del regente del DF, de las autoridades competentes y de los municipios vecinos. Un programa de verificación vehicular que no funciona y que sólo se presta a la corrupción; edificios llamados ecologistas sólo porque están pintados de verde, en fin; una ciudad que es un gran botín para grandes inversionistas en inmuebles que no buscan el bienestar de la comunidad sino intereses privados.
Tal vez muchos tengamos razones para seguir viviendo en esta ciudad; nuestro trabajo, hogar, estudios, etc. Sin embargo es una ciudad que no nos humaniza, por el contrario; crea estrés, caos, malestar, y lo peor de todo… se nos va una buena parte de la vida en la carretera. Hay padres que salen cuando sus hijos todavía están dormidos y cuando regresan ya están acostados. ¿Qué hacer? 1). Tal vez los que tengan todavía posibilidad, buscar emigrar a otros lugares en donde puedan realmente vivir y disfrutar de sus familias. 2). Descentralizar puestos de trabajo y de educación. 3). Ya no permitir de manera desordenada e inconsciente la construcción de nuevas residencias. 4) Tener que aguantarnos y buscar actividades (comer, leer, rezar, etc.) para ese casi tercio de la vida que se nos va en el tráfico.