Del 16 al 21 de Noviembre, la Arquidiócesis de Acapulco en coordinación con la Red Acapulco por la Paz, celebrara la Tercera Semana Diocesana por la Paz. El objetivo es “Celebrar una jornada por la paz que incluya tiempos para la reflexión, para la manifestación pública y para la celebración, dando un lugar especial a las víctimas de la violencia, para promover la conciencia y el compromiso de la construcción de la paz en la iglesia y en la sociedad”, así lo anunció Monseñor Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Acapulco.
El prelado recordó que en los últimos meses, en toda la geografía nacional, han sucedido hechos violentos, relacionados, en numerosas ocasiones, con la delincuencia organizada; esta situación se agrava día con día. Recientemente se ha señalado a varias ciudades ciudades de la República Mexicana como de las ciudades que tienen el índice más alto de criminalidad en el mundo. «Los obispos expresamos que esta situación repercute negativamente en la vida de las personas, de las familias, de las comunidades y de la sociedad entera; afecta la economía, altera la paz pública, siembra desconfianza en las relaciones humanas y sociales, daña la cohesión social y envenena el alma de las personas con el resentimiento, el miedo, la angustia y el deseo de venganza» (Que en Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna, 2).
Garfias Merlos subrayó que «los cristianos en un contexto de inseguridad como el que vivimos en México, tenemos la tarea de ser constructores de la paz en los lugares donde vivimos y trabajamos, esto implica distintas tareas: Vigilar que las conciencias no cedan a la tentación del egoísmo, de la mentira y de la violencia… (cfr. Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna 177). La situación de inseguridad y violencia que vive México exige una respuesta urgente e inaplazable de la misión evangelizadora de la Iglesia. Esta respuesta parte del reconocimiento de las insuficiencias en el cumplimiento de nuestra misión, pues la crisis de inseguridad, el alto índice de corrupción, la apatía de los ciudadanos para construir el bien común y las distintas formas de una violencia, que llega a ser homicida, son diametralmente opuestas a la propuesta de Vida Nueva que nos hace el Señor Jesús (cfr. Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna 186).
El arzobispo de Acapulco invito a su feligresía «a participar de los diferentes eventos que realizaremos con motivo de la Semana Diocesana por la Paz 2015. Que esta semana por la paz nos impulse a seguir aportando lo mejor de nosotros mismos para construir la paz donde quiera que nos encontremos».