Misiones salesianas |
Desde hace cinco años, la Casa de Acogida Don Bosco de Breña cuenta con su propia panadería. Panes, postres y panetones salen de sus hornos cada día, pero ahora que se acercan las fechas navideñas, preparan el tradicional Turrón Don Bosco. Todos los productos son elaborados por los propios niños y jóvenes acogidos por los misioneros salesianos tras dejar su pasado en las calles.
En la Red de Casas de Acogida Don Bosco se brinda formación a los niños y jóvenes desde laeducación básica hasta la profesionalización para que puedan enfrentarse al mundo del trabajo. Para ello, los jóvenes se forman en carreras técnicas como mecánica automotriz, administración hotelera, informática, enfermería, carpintería, dibujo técnico, pedagogía…
Los beneficiarios de estos centros salesianos, que vienen de vivir en la calle o de entornos de extrema pobreza, reciben experiencia de hogar, formación humana y cristiana, educación para el trabajo, inserción a la familia y a la sociedad.
Los misioneros salesianos acompañan su proceso de formación hasta su profesionalización (edad máxima de 22 años) en carreras técnicas y carreras pedagógicas.
Entre todas las actividades que realizan, destaca la preparación de los turrones. Un espacio de formación que permite a los menores no sólo formarse como expertos panaderos, sino también desarrollar sus habilidades y destrezas para el mundo laboral, con mentalidad emprendedora y sobre todo solidaria.
Cumpliendo con todos los estándares de calidad, el Turrón Don Bosco tiene tres presentaciones: Turrón Don Bosco de 1 kilo; Turrón Don Bosco de medio kilo y Turrón Don Bosco de ¼ de kilo.
La venta de estos turrones y de otros productos de la panadería permite generar ingresos para el sostenimiento de la obra y para ayudar a otros jóvenes en riesgo.