El Papa Francisco anunció, en el Consistorio Ordinario  público de este 15 de marzo, que el hasta ahora beato José Refugio Sánchez del Río, será proclamado santo el próximo domingo 16 de octubre.

José, «el niño cristero», nació en Sahuayo (Michoacán) el 28 de marzo de 1913. Participó en la Acción Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) y cuando estalló la Guerra Cristera en 1926, quiso unirse a las fuerzas de la resistencia, pero su madre no se lo permitió. Luego de una inicial negativa a su alistamiento en las fuerzas cristeras guiadas por el general Prudencio Mendoza, ingresó en el grupo. Dijo a su madre, convencido de estar haciendo lo que Dios le pedía: “Nunca ha sido tan fácil ganarse el cielo como ahora”.

El seis de febrero de 1928, durante una batalla, el muchacho dio su caballo al general y así lo salvó, quedando él prisionero de las tropas gubernamentales. Tras cuatro días de cautiverio, los hombres del ejército federal lo sacaron de la parroquia donde estaba preso, le cortaron las plantas de los pies y lo condujeron descalzo por las calles de Sahuayo hasta el Panteón Municipal. Ante una tumba ya preparada fue ahorcado y acuchillado por sus verdugos, uno de ellos, Rafael Gil Martínez, alias El Zamorano, lo bajo del árbol y lo remató con un tiro en la sien.

Fue declarado beato junto con otros 11 mártires mexicanos el 20 de noviembre de 2005 durante una ceremonia en el Estadio Jalisco de Guadalajara presidida por el cardenal José Saraiva Martins, entonces prefecto para las Causas de los Santos del Vaticano.

 

 

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