Misiones salesianas |
Los misioneros salesianos, presentes en el campo de refugiados de Gumbo en las afueras de Juba, la capital de Sudán del Sur, continúan su trabajo a pesar de la violencia y el aumento del hambre en el país. Actualmente proporcionan ayuda alimentaria a los más de 3 mil desplazados internos y material escolar para que los niños puedan seguir con sus estudios. El mes pasado, 29 familias llegaron después de huir de la violencia desde otras regiones del país.
Según datos del Banco Mundial, casi el 83% de los sursudaneses residía en zonas rurales antes del estallido del conflicto que ha desplazado ya a más de 2 millones de personas. Tan sólo el 27% de la población de 15 años sabe leer y escribir. La tasa de alfabetización de los hombres es del 40%, mientras que las mujeres se sitúan en el 16%. Cifras alarmantes puesto que sólo el 1% de las niñas finaliza sus estudios de educación primaria.
Los misioneros salesianos están centrados en proporcionar educación y, en este caso concreto de Sudán de Sur, garantizar que las niñas tengan el mismo acceso a la educación y que finalicen sus estudios. Actualmente, en la Escuerla Don Bosco gumbo, alrededor del 45% de los alumnos son niñas.
Sudán del Sur
Es uno de los países más pobres del mundo. El 55% de su población vive en la pobreza, según el Banco Mundial.
En el año 2015 se cumplió su tercer año de independencia, aunque desde el año 2013 se enfrenta a una guerra civil que ha dado lugar a una grave crisis humanitaria.
Más de 2,2 millones de personas han abandonado sus hogares en los últimos dos años, incluyendo unos 600.000 que han buscado refugio en los países vecinos.
El año pasado, apareció de nuevo la violencia en el país cuando las fuerzas del gobierno adoptaron comenzaron a quemar aldeas enteras, destruir cultivos y saquear el ganado.
Según Naciones Unidas, como resultado del conflicto, se estima que 2,8 millones de personas se enfrentan actualmente a una emergencia alimentaria y nutricional.