La “terrible masacre” ocurrida en Orlando, Estados Unidos, que causó un “altísimo número de víctimas inocentes” ha suscitado “sentimientos de la más profunda execración y condena, de dolor y turbación, frente a esta nueva manifestación de locura homicida y de odio insensato”. En una declaración firmada por el director de la Oficina de Prensa vaticana, el padre Federico Lombardi, el Papa Francisco se une al dolor y a las condolencias por el ataque al Pulse nightclub, un local gay de Florida, que causó 50 muertos y al menos 53 heridos. “El Papa Francisco – prosigue la nota – se une en oración y en la compasión al sufrimiento indecible de las familias de las víctimas y heridos” y espera que se puedan identificar y combatir “las causas de esta violencia horrible y absurda” que turba “el deseo de paz”.
Omar Mateen, autor del peor homicidio en masa de la historia reciente de los EEUU, era un ciudadano americano de origen afgano, con una presunta simpatía yihadista; nació en Nueva York, pero vivió gran parte de su vida en Florida. Según la información difundida inicialmente, el joven de 29 años había sido seguido por los servicios de seguridad por sospechar que mantenía vínculos con el ambiente extremista, pero nunca fue incluido en la lista de alerta por terrorismo. Logró abatir a decenas de personas, antes de ser matado por policías.
El ataque se inició a las dos de la mañana del 12 de junio. Omar Mateen se cruzó a fuego con un policía que trabajaba en el local, para luego irrumpir en Pulse tomando a uno de los presentes como rehén. La policía intervino en el lugar con una redada a las 5 de la mañana, a tres horas de iniciarse el ataque, tras haber recibido dramáticas llamadas telefónicas y mensajes, que confirmaban la matanza en curso. El atacante murió en un intercambio de disparos con los agentes que intervinieron en el lugar.
Las autoridades han declarado el estado de emergencia en la ciudad de Orlando y en el área del condado de Orange. Hasta ahora, han sido identificadas 21 de las 50 víctimas; de éstas, 17 son hombres y cuatro, mujeres.
El padre del joven, Seddique Mateen, dijo no saber “del odio que alimentaba en su corazón” el hijo. Dijo no conocer las razones del gesto que llevó a cabo. Ni si el objetivo era la comunidad gay, o el deseo de llevar a cabo una masacre respondiendo a un llamado del Estado islámico en la vigilia del Ramadán, ocasión en la cual dicha organización pidió que durante el mes sagrado del islam se realicen ataques y se generen víctimas en Occidente.
Para Seddique non habría motivaciones de índole confesional, y agrega que Omar, en el pasado, había quedado perturbado ante la visión de dos hombres que se besaban en público en Miami.
En el pasado, el autor de la masacre –divorciado, la mujer huyó tras haber sufrir episodios de violencia doméstica durante meses- había terminado bajo la mira del FBI por algunas frases que supo dirigir a un colega, pero la investigación fue archivada, y el individuo era portador de armas registrado.
Antes de entrar en acción, llamó a la policía y declaró su fidelidad al Estado islámico. En las últimas horas, sitios cercanos al movimiento yihadista han afirmado que Omar era un “combatiente” de ISIS; sin embargo, sigue habiendo dudas con respecto a sus real vinculación con el EI, respecto a la matriz islámica detrás del ataque, y en relación al hecho de haber atacado el club por ser éste gay-friendly.
Al comentar la masacre, el presidente de los EEUU, Barack Obama, habló de un “acto de terror y odio”, invocando nuevamente la necesidad de una restricción en la libre circulación de armas. La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, se solidarizó con la comunidad LGBT; su rival republicano Donald Trump, en cambio, pidió la renuncia de Obama por no haber éste utilizado la expresión “islam radical” al referirse al atentado.
Según un estudio reciente, en el año 2015, en los Estados Unidos de América se han registrado 372 ataques con disparos dirigidos a la multitud, con un saldo de al menos 475 muertos y 1870 heridos.
AsiaNews