FE Y RAZÓN | Por Luis-Fernando VALDÉS |
El Secretario de Estado del Vaticano visitó recientemente al Presidente Putin y la sede del Patriarcado ruso. ¿Política o religión? ¿En qué clave se debe interpretar este gesto?
1. La historia detrás de esta visita. Para entender por qué el Cardenal Parolín se reunió no sólo con las autoridades religiosas de Rusia, sino también con los líderes políticos (21-23 agosto), hay que remontarse un poco en la historia de la Iglesia católica en ese país.
Por una parte, la relación de la Iglesia Católica con la Iglesia Ortodoxa rusa desde hace casi mil años ha sido tensa, porque que ésta surge del Patriarcado de Constantinopla, que en el año 1054 se había separado de Roma.
Y por otra, en Rusia, los temas sociales, políticos y religiosos están estrechamente vinculados, debido a la estrecha convivencia entre la Iglesia Ortodoxa y el Estado ruso, tanto en la época de los zares como durante el período soviético.
2. En búsqueda de la unidad de las Iglesias. El movimiento ecuménico nacido en el s. XX ha buscado que todas las confesiones cristianas vuelvan a la unidad. Los primeros acercamientos de la Iglesia Católica a la Ortodoxa rusa los dieron Pablo VI y luego Juan Pablo II.
Durante el Pontificado de Francisco se dio el histórico primer encuentro entre un Papa y un Patriarca ortodoxo ruso, el 12 de febrero de 2016, en el aeropuerto de La Habana (Cuba), y marcó una nueva era en las relaciones entre ambas confesiones religiosas.
3. El vínculo entre lo social y lo religioso. Hay una realidad fundamental al hablar de las grandes religiones, que consiste en que los ciudadanos de un país y los fieles de confesión religiosa son las mismas personas. Por eso, hay temas comunes que interesan tanto a los gobernantes como a los dirigentes religiosos.
Ciertamente, la línea divisoria de los intereses de ambas entidades es muy tenue y, a lo largo de la historia, han ocurrido interferencias lo religioso en lo civil y viceversa. Y esta situación de convivencia estrecha es especialmente compleja en la actual Rusia.
4. Ante el Kremlin y el Patriarcado. De ahí fuera muy lógico que el Secretario de Estado del Vaticano se reuniera con autoridades rusas tanto civiles como religiosas. En las juntas con el Ministro de exteriores, Seguéj Lavrov, y luego con el Presidente Putin, la Santa Sede acordó la búsqueda de “soluciones pacíficas a las crisis” en el mundo y “la lucha contra el terrorismo, el diálogo interreligioso [entre católicos y ortodoxos], el refuerzo de la justicia social y los valores de la familia”. (Aleteia, 23 ago. 2017)
Después, en otra reunión, el Card. Parolín y su par, el Metropolitano Hilario de Volokolamsk, presidente del Departamento para las Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, pudieron tocar “temas espinosos” como la situación de la Iglesia greco-católica de Ucrania, que es de rito similar al de la Iglesia Ortodoxa rusa, pero que responde sólo ante Roma. (Vatican Insider, 21 ago. 2017)
Epílogo. ¿Qué había de fondo: intereses solamente religiosos, o también políticos? No debe sorprender que la agenda del enviado del Vaticano a Rusia abordara también asuntos civiles, porque los grandes temas del hombre como la libertad religiosa, la paz y la familia también son asuntos de cualquier religión, que buscan darles luces y soluciones desde la fe.
Además, esta reunión del Vaticano con las autoridades civiles y religiosas de Rusia abre una nueva época histórica, en la relación entre religiones y entre la Iglesia y el Estado. Estamos ante una “etapa de colaboración”, que intenta dejar atrás las persecuciones y la visión utilitarista hacia la religión. Ojalá este modelo se pueda replicar en otras naciones del mundo.