Tradición que engalana la Navidad en la región soctona de Chiapas

Cada año, los habitantes de la región soctona de Chiapas, correspondiente a los municipios de Chiapa de Corzo, Acala, Totolapa, Chiapilla, San Lucas y regiones circunvecinas a las márgenes del Río Grijalva, participan de una tradición única y excepcional que engalana las festividades de la Navidad con un recorrido a modo de “éxodo” hacia la zona montañosa de San Cristóbal de las Casas.

Se trata de una tradición hermosa y viva en el corazón de los fieles, practicantes o no de la fe católica, que les une en la identidad en torno a la imagen de un “Niño Dios” tallado en madera, que según relatos de unos y especulaciones de otros, tiene aproximadamente 300 años de antigüedad, la imagen es denominada por los lugareños como “El Niño Florero” o “Niño Florerito”.

En esta tradición participan aproximadamente un contingente de 500 personas, en su gran mayoría varones y muchos de ellos entre los 14 y los 35 años de edad,  donde año con año se realizan una peregrinación de ente seis y siete días hacia la zona montañosa donde crece una particular flor llamada Niluyarilo.

El día de diciembre el contingente es despedido en las afueras del pueblo para volver el día 22 o 23, días en que los padrinos del “Niño Florerito” se encargan del armado y adorno de la casita del Niño. Durante el recorrido participan en algunos momentos de la celebración eucarística, algunos más ofrecen rezos y penitencias con mucha fe.

Un gran esfuerzo representa para los llamados “floreros” no es sólo la caminata de la peregrinación, sino en el soportar las temperaturas bajo cero de las comunidades de los Altos en temporada de invierno, pues la mayoría está acostumbrados a temperaturas calurosas, así como en el gran reto que lleva consigo encontrar y cortar las flores de Niluyarilo, que son bromelias que nacen en lo más alto de los árboles de esta región.

Durante estos siete días los floreros están fuera de su casa, duermen a la intemperie y soportan frío, lluvias, incomodidades, hambre, cansancio, pero todo eso lo soportan con gran devoción porque también ven en ello una purificación interior. Todo con el objeto de llevar sus flores al pueblo y presentarlas en la iglesia con las que construirán la “casita” donde nacerá el Niño Dios en la Navidad, otra parte de las flores les quedará para adornar su propio nacimiento en casa..

Toda la tradición del “Niño Florerito” es realizada en un gran ambiente festivo, que muchas veces da paso también a excesos y un ambiente de vicio y pecado que debe purificarse con el evangelio y la fuerza de la Palabra de Dios.

Niluyarilo – palabra soctona que significa “flor de pluma”, que semeja a una pequeña mano.

 

Información de CODIPAC – Tuxtla 

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