PASOS PARA EL PERDÓN Y LA RECONCILIACIÓN | Por Leonel NARVÁEZ GÓMEZ | Fundación para la reconciliación | Noveno paso: Acordamos un pacto |
Recientemente, en un curso de ESPERE (Escuela de Perdón y Reconciliación) en Hermosillo (Mexico), los Papás y Mamás de los 97 niños muertos y lesionados en el incendio de la Guardería del ABC en el 2009, decidieron que debían cambiar su consigna de Ni perdon ni olvido por una nueva consigna: Nunca más. En un ejercicio de sanación de su memoria entendieron que este era un pacto de gran trascendencia para ellos. Lo que es la decisión en el proceso de perdón, corresponde al pacto en el proceso de reconciliación.
En este punto, normalmente los participantes en las Es.pe.re ya han construido verdad, han garantizado justicia-reparación, y han definido principios guías para la relación que se sostendrá en adelante, ahora se encuentran suficientemente motivados y capaces de hacer un paso adicional que es fundamental en los procesos de reconcilación: hacer pactos para garantizar la no-repeticion de la ofensa y para fortalecer la confianza. Los pactos son la expresión más fuerte de la etica y de la moral de las personas. En las ESPERE en ausencia del ofensor, los participantes realizan un entrenamiento virtual para el momento en que, habiendo decidido avanzar en la reconciliación, establezcan un acuerdo con quien ahora es su semejante-próximo y antes era ofensor lejano.
El acento en esta estación está puesto no solamente ,en el ejercicio de aprender a hacer pactos, sino también en la importancia de la visibilización, de la publicación de los pactos y de la importancia de hacerlos saber a la comunidad a la que pertenecen las partes o si fuere un tema más privado, hacerlo saber a los mas cercanos.
En este esfuerzo de reconciliación entra a jugar, en este momento, un actor muy importante: el mediador. El mediador es escogido entre las partes y es la persona que neutralmente les ayuda y anima para que los principios definidos en el paso anterior inspiren, nutran la condensación del pacto y se definan formas concretas de actuarlo. Ejercicio central de este esfuerzo es la comunicación asertiva y respetuosa.
Con la presencia del mediador, el pacto se convierte en la publicación de los propósitos y compromisos que las partes en un ejercicio valioso de su libertad, definen acciones pro-sociales de beneficio mutuo para el futuro. El mediador juega el rol de garante moral ante la sociedad, ante lo público. Los pactos adquieren sentido y fuerza cuando se instalan en estos espacios públicos por pequeños que puedan parecer. Lo público sirve como referente moral del cumplimiento de lo pactado.
Los participantes en las ESPERE a través de ejercicios lúdicos, entienden que un buen pacto satisface los intereses de ambas partes, es la mejor de varias opciones, contiene compromisos que son realistas, y en caso de decidirse que no se establecerá a futuro ningún tipo de intercambio social entre las partes, al menos se generan pactos de no agresión. Se entiende así, que no basta posicionar el dolor de las victimas en lo público sino que es necesario transformarlo gracias a pactos y acuerdos. Lo trascendental de estos esfuerzos individuales y en ocasiones solo de pequeños grupos, es que poco a poco se reconstruye el tejido lacerado de una sociedad: el contrato social.
Si la ofensa es el quiebre de una relación y emergencia de otra relación, el perdón primero y luego la reconciliación serán entonces el surgir de una narrativa nueva que supera los discursos acostumbrados de rabia, odio y venganza, y de otros que se construyen a partir de un acto de agresión. A partir del pacto, se hablará de otro yo y de otro nosotros, que se construye a partir de la ofensa. No se hablará más del binomio víctima-victimario sino de un binomio de seres victoriosos ahora proyectados en solidaridad hacia el futuro. Sí, se habrá facilitado en este proceso, el tránsito del pasado al presente y del presente al futuro.
Hace algún tiempo, un grupo de excombatientes reinsertados a la vida civil, apoyados por algunas empresas, junto con la comunidad local realizaron una obra de limpieza de la ladera de un río en Pereira (Risaralda) durante un período de 6 meses. Al terminar, comunidad y excombatientes hicieron un conmovedor pacto de reconciliación y una promesa de mutuo apoyo y respeto, y celebraron en comunidad. Es la celebración el último paso de este viaje a las montañas oxigenadas del perdón y la reconciliación que nos ocupará en el proximo y ultimo paso de esta bonita aventura.