PASOS PARA EL PERDÓN Y LA RECONCILIACIÓN | Por Leonel NARVÁEZ GÓMEZ | Fundación para la reconciliación |

El odio no se elimina con más odio sino con el amor (Buda).

Hasta este momento, normalmente los participantes a las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE) han pasado por los ejercicios de construir verdad (paso 6)  y garantizar justicia (paso 7), y necesitan ahora, discernir los principios morales que permitirán recuperar la confianza entre dos personas o grupos, separados por una ofensa. Estos principios se constituirán en guías para la evaluación de las prácticas del acuerdo social que suscriban las partes como pautas que garantizarán el proceso de reconciliación que inician.

Recuperar la confianza en el otro, demanda un ejercicio generoso  de comunicación asertiva. Los participantes son invitados a definir unos principios inspiradores para que el dialogo constructivo sea una realidad. Así los participantes comienzan a establecer las guías morales y éticas –que aquí llamamos principios- que les inspirarán y darán motivaciones fuertes para la reconstrucción de su relación con el ofensor. Este proceso se realiza por medio de dos ejercicios grupales.

El primer ejercicio consiste en responder a la siguiente pregunta: qué principios se vieron quebrantados por la ofensa? En la gran mayoría de los casos, el irrespeto a la dignidad humana es el tema central. El segundo ejercicio buscar responder a la pregunta: qué principios regularán ahora el esfuerzo para recuperar la confianza en el ofensor? Esta reflexión genera no solamente un ordenamiento que permite definir el perfil moral y ético de la nueva relación, sino que permite realizar sobre todo, otro giro narrativo (similar al sucedido en el camino del perdón), tan importante giro determinará en adelante los principios-guías de las interacciones entre personas reconciliadas y le darán contenido emocional a la aprobación o desaprobación de los comportamientos de unos y otros ciudadanos en los intercambios sociales que realizan cotidianamente.  

 

En el proceso de desarrollo de capacidades para la reconciliación en las ESPERE se les ofrece a los participantes al menos tres alternativas de reconciliación, en el proceso gradual de reencuentro entre la víctima y su ofensor. Normalmente se empieza por la reconciliación de coexistencia, que está referida al establecimiento de un pacto de no agresión entre víctima y victimario, en donde el intercambio social se limita a lo mínimo: no agredirse. En muchos casos, la relación de ofensor y ofendido se queda en esta dimensión. Si las cosas marchan bien, entonces se abre la posibilidad de la  reconciliación de convivencia en donde las partes acuerdan establecer algunos intercambios sociales de cooperación básica y algunas expresiones crecientes de comunicación y confianza.

Para terminar, en las ESPERE se ofrece la reconciliación de comunión ­ – que se da en muy raros casos- y se presenta como el intercambio social más fluido, en el que la fraternidad y la solidaridad caracterizan la relación.

Estas tres posibles formas de reconciliación constituyen mapas conceptuales que facilitan a quien decide establecer algún tipo de relación con su ofensor, delimitar el tipo de intercambios que desea establecer.

La película El corazón de un criminal, expresa vívidamente como una madre llega a los niveles heroicos de adoptar en su casa al criminal de su propio hijo. La experiencia nos dice que cuando las personas logran perdonar auténticamente se llenan de una fuerza tal que ya nada es imposible. Es la realidad de muchas mujeres y hombres colombianos que han entendido que el odio no se elimina con más odio, por el contrario, han encontrado en el perdón, una alternativa en el camino hacia la paz.

 

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