A los hermanos presbíteros,
A los miembros de la vida consagrada,
A todos los fieles de la Diócesis de Querétaro,
A todos los hombres y mujeres de buena voluntad:
Vivimos momentos de grandes inquietudes ante un futuro incierto de las próximas elecciones y su desarrollo posterior. Es penoso constatar la guerra sucia de las campañas: burlas, calumnias y difamaciones; el asesinato de candidatos de los diversos partidos. Todas estas situaciones nos mandan una señal de alerta.
Como humilde servidor en el ministerio Episcopal, es mi deber expresar una palabra que ayude e ilumine al Pueblo de Dios que peregrina en esta amada Iglesia queretana. Ante la próxima jornada electoral que nos disponemos a realizar, los invito a poner en las manos de Dios esta coyuntura, sabiendo que somos responsables de la Historia, historia que nos habrá de juzgar; en ella algunas veces se ha violado el Derecho inalienable a la verdad y a la franca comunicación; no olvidemos que la persona, la familia, las comunidades y sociedad, en tanto personas, han de ser el centro de nuestras consideraciones políticas, económicas, educativas y sociales; y el bien de la nación, no como discurso engañoso, sino en la realidad de la elección ha de campear en nuestra mente y en nuestro corazón.
Las exigencias actuales nos demandan cumplir la vocación cristiana, hoy más que nunca debemos ser profundamente reflexivos y cautos ante las manipulaciones que rebajan nuestra inteligencia y ponen en peligro nuestra libertad; la democracia es un bien que continuamente debemos buscar, este es el signo de las sociedades maduras y contemporáneas.
El futuro de la nación se decide en los votos; el voto Razonado, Libre y Secreto; es nuestro deber votar en conciencia, buscando ‘el bien posible’ que asegure, desde nuestra conciencia y la fe católica, el respeto a la vida en todas sus fases, a la educación, la promoción de la Persona y la Libertad Religiosa. Esta jornada electoral nos debe de llevar a asumir las responsabilidades cívicas que están más allá del día de las elecciones. Debemos buscar, permanentemente, el bien objetivo y ético de todos.
Les invito a discernir para elegir, pero también, como pueblo de Dios, que confían en Jesús el Señor de la historia, les exhorto a vivir una Jornada intensa de oración mediante algunas acciones concretas:
1. Celebrar la Santa Misa por la Patria y la Paz los domingos 24 de junio y 1º de julio, conservando las lecturas del día y asumiendo las oraciones que nos ofrece el Misal Romano con esta intención.
2. Rezar y orar el santo Rosario todos los días en las parroquias, rectorías y capellanías, a nivel comunitario y también como familia en el hogar.
3. Realizar una Hora Santa con la exposición del Santísimo Sacramento, particularmente los jueves. Debemos orar como si todo dependiera de Dios y trabajar como si todo dependiera de nosotros. Las intenciones serán:
a. Por la participación ciudadana en las próximas elecciones
b. Por la paz de nuestra Patria.
4. Que cada comunidad, con la iniciativa y creatividad que el Espíritu de Dios infunde a su pueblo, organice otras acciones que ayuden a crear un ambiente de reflexión, oración y participación.
La Santísima Virgen María que nos ha acompañado en los avatares de la historia, nos acompañe como Madre, Discípula y Misionera, ella interceda por nosotros.
En la sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 19 días del mes de junio del 2018.
Fraternalmente en Cristo y María.
+ FAUSTINO ARMENDÁRIZ JIMÉNEZ
IX Obispo de Querétaro.