Así lo expone Eloísa Ramos Gutiérrez, una joven queretana defensora de los derechos humanos en México. Es abogada en materia penal, apasionada de la justicia social, docente y emprendedora. De 35 años de edad, ha trabajado en España, Chile y Perú. Actualmente es coordinadora de la Procuración de Justicia y Derechos humanos de COPARMEX, en Querétaro. Se trata de una joven que observa los derechos humanos como un tema que busca la sensibilización en México, pero, sobre todo, el respeto y la dignidad de la persona humana. El Observador de la Actualidad conversó con ella.
Por Mary Velázquez Dorantes
¿Cómo vive México el tema de los Derechos Humanos?
Al momento me parece que lo vive un poco mal; como ciudadanos mexicanos nos está costando bastante entender y sensibilizarse al respecto: saber que los derechos humanos nacen y existen para poner un límite a la arbitrariedad de la autoridad, inclusive para el respeto mutuo entre seres; no así para liberar criminales y mucho menos para generar impunidad en México o en el mundo.
Por ello, mi labor principal como especialista en el tema, es su difusión: transmitir y sensibilizar en la idea de que los derechos humanos son prerrogativas a favor de la ciudadanía; empero, también son deberes. Los ciudadanos debemos cumplir con el granito que nos toca, respetar el estado de Derecho, predicar con el ejemplo.
¿Cuáles son los Derechos Humanos más vulnerables?
De acuerdo con cifras oficiales, entre 2012 y 2017 se han presentado más de 5 mil quejas relacionadas con presuntas violaciones a derechos humanos, siendo más vulnerados la seguridad y la salud. Las autoridades señaladas con mayor frecuencia por violaciones a derechos humanos en 2017 fueron el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con 2 mil 634 quejas; el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con 1,078 quejas, y la Secretaría de Educación Pública (SEP), con 656. En México, tras años de reflexión en temas de derechos humanos, se ha reconocido la existencia de sectores de la sociedad que, debido a determinadas condiciones o características, son más vulnerables a que sus derechos humanos sean violentados. Se considera como vulnerables a diversos grupos de la población entre los que se encuentran las niñas, los niños y jóvenes en situación de calle, los migrantes, las personas con discapacidad, los adultos mayores y la población indígena, que, más allá de su pobreza, viven en situaciones de riesgo.
¿Es México un país con crisis de cara a los Derechos Humanos?
La Real Academia Española define «crisis» como «un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación». En esta tesitura afirmaría que sí, México actualmente es un país con crisis de cara a los derechos humanos; pues si bien los derechos humanos no son novedad en nuestro sistema jurídico, el ser humano tiene derechos por el simple hecho de ser un humano; y que el Estado Mexicano tiene una serie de obligaciones para hacerlos valer, para garantizarlos.
Así que, en mi opinión, esta crisis de derechos humanos es fructífera y llegará a buen puerto siempre y cuando el proceso esté lleno de sensibilización y respeto por la persona humana.
¿Cuál es una de las tareas más importantes que debemos hacer frente a los Derechos Humanos?
Sensibilizarnos en el tema, acercarnos a los expertos para escuchar las opiniones que ellos tienen sobre por qué y para qué los derechos humanos. Evitar cerrarnos a la idea de que los derechos humanos son generadores de impunidad por sí mismos. Ser conscientes de que, como todo cambio, necesita un proceso de adaptación. Ser críticos de los derechos humanos, pero con una crítica constructiva y predicando con el ejemplo.
El buen juez por su casa empieza; los derechos humanos se salvaguardan desde lo íntimo del hogar respetándonos entre seres humanos, y respetando las normas jurídicas que fortalecen el estado de Derecho.
El tema de los derechos humanos no se termina con recitarlos de memoria; gobierno y sociedad tenemos que generar lazos de trabajo común en pro del respeto de los derechos humanos de todas y todos. Si el ciudadano y el servidor público cumplen con su parte, los derechos humanos pueden servir de catalizador para el proceso de transformación social, nunca para su destrucción, nunca para la impunidad.
Publicado en la edición impresa de El Observador del 29 de julio de 2018 No. 1203