En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio (10 de septiembre) las instituciones de salud pública hacen un esfuerzo, a través de diferentes actividades, para prevenir el suicidio, un problema que afecta a la población mundial.

El objetivo de este día es concienciar a la población que la muerte por esta causa puede evitarse y que resulta de orden prioritario reducir el número de personas con conducta suicida en el mundo.

El suicidio es una de las 20 principales causas de muerte en el mundo y sus víctimas no tienen un rango de edad. Por cada suicidio que se come- te, aproximadamente 135 personas se ven afectadas de algún modo (emocional o físico); además, por cada suicidio registrado se presentan 25 personas relacionadas a la víctima intentando suicidarse y muchas más con ideación suicida, de acuerdo con la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio.

En México hay un promedio de 17 suicidios al día. En 2016 ocurrieron 6 mil 291 suicidios. Los estados con la tasa más alta son Chihuahua (11.4), Yucatán (10.2), Aguascalientes (9.6), Campeche (9.1) y Colima (8.5).

El INEGI alertó que existe una acentuación de los suicidios en los hombres. En relación con la edad, los jóvenes entre 20 y 24 años son los que más frecuentemente se suicidan, principalmente por problemas familiares, amorosos, depresión, ansiedad, abuso del alcohol y drogas, entre otras.

De acuerdo con la OMS, el suicidio es «acto prevenible», y es considera- do como «grave y perjudicial», tanto para quien lo comete como para su entorno, debido a la intención destructiva que hay en él.

«Cada suicidio es una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tiene efectos duraderos para los allegados al suicida», por lo que ha sido categorizado como «un grave problema de salud pública», resalta la organización.

Con información de agencias

Alerta y prevención

Estos son signos de alarma que ha identificado la organización Voz Pro Salud Mental Ciudad de México:

Si la persona presenta fantasías o ideas de muerte, es necesario acudir a una terapia psicológica y posible valoración psiquiátrica.

Si la ideación suicida es persistente o si ya existe un plan de acción, es imperativo realizar un internamiento psiquiátrico para poder evaluar y tratar al paciente de cerca.

Ante un intento suicida, tras la intervención médica urgente, es necesario dar continuidad a una supervisión psicológica y psiquiátrica, así como una óptima contención y guía familiar.

Publicado en la edición impresa de El Observador del 16 de septiembre de 2018 No.1210

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