Por Luis Antonio Hernández*
Tras cinco largos meses de incertidumbre, el día de ayer inicio formalmente un nuevo capítulo en la historia política de México.
Más allá del particular estilo de gobernar y ejercer el poder del Presidente Constitucional número 85 de nuestro país, así como de su latente inclinación por reducir al pueblo mexicano a los 30.11 millones de ciudadanos que votaron por él, o a su constante tentación de otorgar mediante la figura de la consulta popular peligrosos poderes de decisión a sus incondicionales.
La administración del presidente López Obrador representa una invaluable oportunidad para que como comunidad seamos de capaces de propiciar el surgimiento de una nueva ciudadanía, basada en la conciencia colectiva, la solidaridad, la caridad y la congruencia para impulsar nuestros principios y valores.
Los católicos, como el segmento mayoritario de la población —cerca de 83 millones de acuerdo con el último censo del INEGI—, tenemos ante nosotros el reto y deber moral de construir, con independencia de los caprichos y vaivenes del gobierno federal y el poder legislativo, una cultura humanista que, entre otros aspectos, promueva: la vigencia de los derechos y libertades consagrados por nuestra Constitución, la protección de la vida desde sus inicios en el vientre materno, el fortalecimiento de la familia, la libertad religiosa, que además en lo político privilegie la legalidad y la probidad como los principales atributos del servicio público.
La transformación de la sociedad dependerá, durante los años por venir, de nuestra colaboración y compromiso para involucrarnos con responsabilidad en la vida política de nuestra nación, de la capacidad que tengamos para fomentar la educación cívica, la información y formación de las nuevas generaciones a luz de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y las verdades universales.
Ahora más que nunca formación y participación, todo el tiempo y en todos los lugares. La casa, el colegio, la parroquia. Somos muchos más quienes deseamos un México con justicia y en paz, con unidad y certidumbre de un mejor futuro para nuestros hijos, para todos.
*Director de Voto Católico
TEMA DE LA SEMANA: DE CARA A LOS PRÓXIMOS SEIS AÑOS
Publicado en la edición impresa de El Observador del 2 de diciembre de 2018 No.1221