«Yo soy el Señor… Si ustedes viven conforme a mis preceptos y observan fielmente mis mandamientoss… Yo aseguraré la paz en el país y ustedes descansarán sin que nadie los perturbe» (Levítico 26, 2-6).

«El Señor te bendiga y te guarde. El Señor haga brillar su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te descubra su rostro y te conceda la paz» (Números 6, 24-26).

«Me acuesto en paz y enseguida me duermo, porque sólo Tú, Señor, aseguras mi descanso» (Salmo 4, 8).

«La obra de la justicia será la paz, y el fruto de la justicia, la tranquilidad y la seguridad para siempre» (Isaías 32, 17).

«Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5, 9).

«La paz les dejo, mi paz les doy; pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!» (Juan 14, 27).

«Yo les he dicho estas cosas para que encuentren la paz en Mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: Yo he vencido al mundo» (Juan 16, 33).

«Cristo es nuestra paz: Él ha unido a dos pueblos en uno, derribando el muro de enemistad que los separaba» (Efesios 2, 14).

«No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia recurran a la oración y a la súplica, acompañada de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús» (Filipenses 4, 6-7).

TEMA DE LA SEMANA: LA BUENA POLÍTICA ESTÁ AL SERVICIO DE LA PAZ

Publicado en la edición impresa de El Observador del 30 de diciembre de 2018 No.1225

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