Son el eje central de la vida, son la certeza de la espera y la convicción de un futuro maravilloso.
La fe es la base fundamental para creer y fortalecer el mundo que nos rodea
Por Mary Velázquez Dorantes
Algunas veces la fe ha sido foco de críticas y ataques. El mundo moderno la observa como un simple concepto. No obstante, la fe ayuda al hombre actual a edificar la confianza sobre los escenarios catastróficos que le rodean.
Se ha demostrado que los adolescentes y jóvenes que practican su fe tienen una mentalidad positiva, la superficialidad del mundo no los abate, siendo, por lo tanto, más felices y saludables que los que no lo hacen.
Expertos en salud neurológica, luego de años de investigación sobre la re- lación del cerebro humano con la fe, han demostrado que Dios cambia el cerebro humano, generando una influen- cia positiva para bloquear la ansiedad de la vida y el estrés producto de un mundo cada vez más golpeado por el desánimo, el desinterés y el desapego de Dios.
La Universidad de Virginia, en los Estados Unidos explicó que la fe en Dios produce matrimonios más fuertes, estables y esposos más felices. Los estudios en grupos humanos re- velan que el 65% de padres de familia que creen en Dios son mucho más afectuosos con sus hijos que aquellos que dicen no tener fe.
LA SEMILLA DE LA ESPERANZA
Una vida religiosa y espiritual sustentada en la fe produce familias más felices, la vida de las personas se mani- fiesta de forma constructiva frente a un futuro más esperanzador. Algunos líderes sociales y de opinión revelaron que el hecho de creer en Dios los ha ayudado a tener una vida más amable, aun cuando el camino parece estar lleno de dificultades.
También revelaron que los jóvenes que practican su fe tienen un menor riesgo de caer en la depresión o el suicidio; el significado de una vida sustentada por la fe recobra esperanza y consuelo a diferencia de aquellos que no lo hacen.
LA SEMILLA DE LA SALUD
Aun cuando existen grupos que afirman que no existe relación entre fe y salud, también existen investigaciones que demuestran que los trastornos postraumáticos, la psicosis, las adicciones, los cuadros depresivos han tenido control gracias a personas que utilizaron la oración, el perdón y la re- conciliación.
Más de 80 estudios publicados durante los últimos cien años han encontrado que el factor espiritual-religioso está vinculado a menores niveles de enfermedades mentales. Los niños de padres que asisten a Misa presenta mejores cuadros de autocontrol, comportamiento y cooperación entre sus iguales. Además de afirmar que, luego de años de seguimiento sobre pacientes con depresión crónica, cuando la fe se incluye en el trata- miento, estadísticamente se presentan mayores y mejores resultados de salud en dichos pacientes.
Once investigaciones recientes a partir del 2005 afirman que la recuperación de pacientes con estrés postraumático ocurrió una vez que se integró la presencia de un sacerdote en los casos.
LA SEMILLA DE LA PAZ
Bajo diferentes enfoques, los investigadores señalan que tener fe es quizás el motor más seguro para la humanidad .entera. Temas como vida, esperanza y verdad son categorías que se continúan analizando a la luz de las personas que buscan a Dios.
La palabra fe ya no es una palabra cotidiana para aquellos investigadores que sorprendentemente han encontrados resultados claros y esclarecedores, tales como los casos de suicidio, donde las estadísticas evidencian que personas cuyo pensamiento es no creer en Dios se suicidan 4 veces más que aque- llos que sí creen. En un estudio con 14 mil jóvenes se encontró que la espiri- tualidad está asociada significativamente con la decisión de no consumir sustancias tóxicas. Además de explicar que los estudios siguen demostrando que la fe ayuda a las personas a dejar de sentirse aisladas socialmente, a tener un sentido de pertenencia y autoestima más estable y ser el soporte espiritual en los momentos adversos.
El poder de la fe
► Cuando la fe es profunda participamos de la Omnipotencia de Dios.
► Una fe tan grande como un grano de mostaza es capaz de trasladar los montes.
► La fe es para ponerla en práctica en la vida corriente.
► Las dificultades proceden o se agrandan con frecuencia por la falta de fe.
► La vida de fe produce un sano «complejo de superioridad», que nace de una profunda humildad personal.