Por Sergio Estrada
Con el lema: «Hagan lo que Él les diga, ya es la hora», se llevo a cabo la LV Asamblea Nacional de la Conferencia de Superiores Mayores de México (CIRM), que tuvo lugar en la Diócesis de Colima del 3 al 5 de mayo, en donde reflexionaron para orar y trabajar en proyectos pastorales de la Iglesia.
La asamblea giró en temas como la esperanza, el compartir, la comunión, la integridad de la creación, el encuentro, los carismas y la vinculación, y se trabajó con base en la metodología de clamores, convicciones y compromisos. Se vincularon en redes intercongregacionales en áreas de la salud, educación, trato de personas, migración y la red misionera, con el objetivo de la transformación de las estructuras, las políticas y prácticas que atentan contra la integridad de la creación y hacia la posibilidad de una verdadera calidad de vida para todos, especialmente hacía los pobres y marginados.
«De las oportunidades se mencionaron: la misión compartida, ser profetas de esperanza, trabajar desde la situación, ser críticos, más dinamismo en comunidades, apertura de horizontes y una formación de mentalidad más abierta. De las esperanzas: ser luz en medio de situaciones, más discernimiento, sumar nuestras fuerzas como células vivas para humanizar, fomentar la intercongregacionalidad y seguir formando redes, entre otras», comentó la hermana Martha Guevara, Secretaria Adjunta de la Secretaria General de la CIRM.
Mensaje de compromisos
Durante el mensaje conclusivo, la CIRM reconoció que, ante la realidad nacional y mundial, el cambio de época y la crisis actual de la Iglesia, la Virgen María, Madre de la Iglesia, observa, nos advierte y nos dice que «ya es hora» de hacer lo que nos diga su hijo Jesucristo.
También dejaron en claro que ante la falta de justicia y seguridad se debe trabajar por los derechos de los más pobres, las mujeres, los vulnerables y las minorías, con compromiso, participación y con esperanza, siendo «Una Iglesia en salida» que convenza con la profunda alegría del Señor Resucitado.
Publicado en la edición impresa de El Observador del 26 de mayo de 2019 No.1246