Por P. Fernando Pascual
Hay momentos en la vida en los que nos preguntamos si estamos contentos ante lo que somos y hacemos.
En momentos así, un técnico electrónico puede descubrir que su mayor deseo era trabajar en un parque forestal, mientras ahora vive entre circuitos, tarjetas y conexiones.
Un taxista siente, en su interior, que siempre había soñado con trabajar como recepcionista, en vez de girar por calles y calles de un sitio para otro.
Un esposo o una esposa miran su propio pasado y reconocen que tal vez se equivocaron el día de la boda y así experimentan hoy un aburrimiento desgastante.
La lista de personas que están descontentas por lo que hoy son y hacen queda incompleta si no miramos la otra lista: la de quienes sí están felices con su vida actual.
Un médico, al llegar cansado a su hogar, siente una honda alegría por haber emprendido esa carrera con la que ahora puede asistir a tantas personas.
Un conductor de camiones disfruta, al recorrer cientos de kilómetros, en sus viajes como si fueran aventuras al servicio de otros.
Unos esposos celebran cada día su amor, convencidos de que su mayor acierto, bendecido por Dios, fue el de haberse casado abiertos al cariño y a los hijos que llegaran.
Entre los que están en una lista y en la otra (descontentos o felices de lo que ahora realizan), cada uno puede preguntarse dónde se encuentra.
Puede ser que la respuesta sea confusa: hay momentos en los que quisiéramos que todo hubiera sido diferente, y otros momentos donde damos gracias a Dios por el camino que nos ha llevado a lo que ahora somos y hacemos.
Descontento o contento, desanimado o lleno de entusiasmo por el presente, puedo preguntar, delante de Dios: Señor, al ver el camino que he recorrido hasta ahora, ¿qué me pides, qué esperan de mí otros, qué puedo decidir ahora?
Quizá no habrá bruscos golpes de timón ni cambios radicales, pero sí podemos orientar el presente y el futuro a mejorar un poco lo que somos, sea cual sea nuestro pasado, y a hacer con amor y esperanza aquello que vislumbramos como posibilidades de bien ante nosotros…