La intensión de fe es ser siempre hermanos y abrazar a todos para que los grupos dejen de estar solos y estén abiertos a todos, al servicio y a la enseñanza
Por Sergio Estrada
Alrededor de diez mil fieles de diferentes diócesis del país acudieron al monumento a Cristo Rey en Silao, Guanajuato, para renovar su consagración y pedir por el cese de las diferentes situaciones de violencia que vive México, el pasado 23 de noviembre, convocados por la Dimensión Episcopal de Laicos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
«Esta consagración se hace teniendo en cuenta la realidad que vive el pueblo de México, en la cual se cierne una terrible cultura de la muerte, con una fuerte amenaza a la vida, la familia, las libertades fundamentales, la muerte de inocentes a causa de la violencia y, cada vez más creciente, el índice de abortos en nuestro país, así como la situación de los sacerdotes y las profanaciones y sacrilegios en los templos», señalaron los organizadores del evento.
En medio de cantos y escenificaciones de teatro, monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Presidente de la Dimensión Episcopal de Laicos de la CEM, en su mensaje, animó a los presentes con la consagración a Cristo Rey, dando gracias por haber concedido al beato Anacleto González Flores como patrono de los laicos para inspirar a todo el laicado a seguir el camino de Cristo.
También pidió a los laicos ser de brazos abiertos para alabar y bendecir a Dios, a nuestras familias, nuestro país, por las situaciones particulares y por el cese de la violencia: «Laicos de brazos abiertos para ser hermanos y abrazar a todos para que los grupos dejen de estar solos y estén abiertos a todos. Aunque hay muchos movimientos es un solo Señor, Iglesia y fe que nos impulsa, además de que Nuestra Madre Santísima, la Virgen de Guadalupe, quiere una casita en nuestro corazón, en nuestras familias, en nuestro país».
La Eucaristía fue presidida por monseñor Franco Coppola, Nuncio Apostólico en México y concelebrada por monseñor Alfonso Cortés, arzobispo de León, y monseñor Víctor Alejandro Aguilar, Presidente de la Dimensión Episcopal de laicos de la CEM.
En su homilía, monseñor Coppola reconoció que vivimos en tiempos de división, que juzgamos y condenamos, pero que hay que reconocer que somos de la misma sangre y somos hermanos y es necesario amarnos. «La ordenación sacerdotal nos da el don de celebrar los sacramentos. Hay que dar los dones que tenemos para el crecimiento de la Iglesia. Hay que tomar conciencia de la realidad y hay que aprender de la Virgen con su mirada y seguir su ejemplo».
Parte de la consagración se basó en la oración dada a los videntes en Fátima: «Dios mío: creemos, adoramos, esperamos y Te amamos y confiamos en tu misericordia. Te pedimos por todos aquellos que no creen, no adoran, no esperan, no te aman y no confían en tu infinita misericordia».
Paralelamente a esta consagración, estados como San Luís Potosí, Veracruz, Yucatán, así como la CDMX, entre otros, se unieron para renovar su consagración a Cristo Rey y celebrarlo, al igual que hacer actos de reparación por los pecados personales y de México.
Anacleto González Flores, patrono de los laicos
También en el marco del día del laico se celebró al beato Anacleto González Flores, dirigente en contra de la ofensiva anticatólica en Jalisco. González Flores repudió sistemáticamente el empleo de la violencia, actuando conforme a su conciencia cívica. De esta manera el beato es patrono de los laicos.
Publicado en la edición impresa de El Observador del 8 de diciembre de 2019 No.1274