Por Mary Velázquez Dorantes
Chicas de Fe es un proyecto dirigido por dos mexicanas oriundas del estado de Tabasco: Viviana Treviño, casada, de 33 años de edad, y Pamela Ramón, soltera, de 30 años de edad. Ambas jóvenes iniciaron el reto de evangelizar en las redes sociales, luego de encontrar que muchas mujeres están buscando el amor y consuelo de Cristo. Con cerca de 19 mil seguidores en su cuenta de Instagram, todos los días comparten el Evangelio, el Santo del día, reflexiones para mujeres y, bajo su el hashtag #OremosUnasPorOtras, han lanzado palabras de amor y paz para los usuarios de las redes sociales. El Observador conversó con ellas:
¿Quiénes son éstas «Chicas de Fe» y cómo surge la idea de trabajar en las redes sociales?
▶ Somos dos chicas que desde muy jóvenes decidimos servir a Dios, y cuando reflexionamos y compartimos testimonios descubrimos que ha sido la mejor decisión que hemos tomado. Durante mucho tiempo hemos trabajado con jóvenes, hemos visto las necesidades de ellos, y somos conscientes que muchos jóvenes ahora se encuentran en las redes sociales, tal es el caso de Instagram.
Un día decidimos crear una página o cuenta que, con nuestra poca experiencia, pudiéramos ayudar a las comunidades de jóvenes hacia un camino de conversión. También nos dimos cuenta de que era necesario hablar de temas cruciales como el miedo, el amor a sí mismo, la oración entre los jóvenes, la literatura que nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos y, sobre todo, con Cristo; así que aquí estamos, en un proyecto titulado Chicas de Fe.
Ustedes tienen un hashtag para orar unas por otras; ¿qué significado tiene esta herramienta para ustedes?
▶ Como mujeres somos conscientes de todo aquello que nos pasa, entonces sabemos que Dios Nuestro Señor pide siempre la intercesión por las necesidades de todas las mujeres. También nos dimos cuenta, por los mensajes, que la demanda de peticiones de oración por otras mujeres llegó a ser demasiada en un momento; entonces lo que hicimos fue elegir un día especial de la semana para orar por esas chicas de fe, y establecimos los días miércoles para hacerlo.
Existen muchas chicas de fe que comparten con nosotros su testimonio, y ello ha sido de gran utilidad porque nos ayuda a motivar a otras mujeres a seguir a Dios. En realidad somos muchas chicas de fe en las redes sociales, en la iglesia, en las calles.
¿Cuál es su estrategia de contenido para las redes sociales?
▶ Nuestro contenido está orientado a las necesidades de las mujeres; definitivamente las chicas son las que nos ayudan a publicar.
Cuando alguna nos escribe para confiarnos algo, para pedir oración, para resolver dudas, para sentirse amada y acompañada, es cuando entonces nosotras descubrimos qué es lo que se tiene que publicar. Si entras a la cuenta Chicas de Fe notarás que no sólo hablamos de asuntos determinados, también tenemos retos, recomendamos películas, hacemos llegar el versículo del día, e impuslamos visitas a Jesús Sacramentado; lo importante es tener un contenido que refleje el amor de Dios, del Señor que nos espera en el Sagrario.
¿Qué ha significado para ustedes esta travesía digital?
▶ Es increíble y sorprendente, porque comenzamos con ella hace año y medio y ya somos más de 18 mil personas. Para nosotros es sorprendente porque no creíamos que íbamos a crecer en comunidad tan pronto, pero sabemos que todo es para la gloria de Dios y que nosotras somos un instrumento de Él. Algunas veces las personas creen que somos nosotros quienes ayudamos, pero es al revés: quienes nos escriben nos llenan de mucha fe, de mucha realidad, y eso es una gran satisfacción para este dúo.
¿Cómo podemos invitar a otras comunidades de jóvenes para que pudieran tomar iniciativas como la suya?
▶ En redes sociales lo más importante es no tener miedo a hablar de Dios, cualquiera que pueda ser el miedo; creemos que es momento de hacer ruido, y si ese ruido es de fe y amor a Cristo, adelante. Las redes sociales son un buen medio para acercar la Palabra de Dios; allá afuera existen muchas personas conectadas al mundo digital, y muchas de ésas personas, no únicamente mujeres, están necesitadas de conocer a Dios.
Dios siempre hace las cosas a su modo y tenemos que aprender a aceptarlo. Nosotras, dos chicas mexicanas desde la fe, sabemos que si le damos el timón de nuestras vida a Dios, Él endereza el rumbo y nos lleva a puerto seguro; entonces les decimos a todos estos jóvenes que no tengan miedo.
Publicado en la edición semanal digital de El Observador del 22 de marzo de 2020 No.1289