El doctor Guzmán Carriquiry explica el motivo al exponer elementos clave de su magisterio social destinado a dar esperanza.

Por Aleteia Team / Aleteia en El Observador

En medio de las incertidumbres que afronta la humanidad en tiempos de pandemia, el Papa Francisco se ha convertido en “el líder mundial de mayor libertad, inteligencia, determinación y valentía”.

A esta conclusión llega uno de los analistas más cercanos de este pontificado, el doctor Guzmán Carriquiry, abogado, escritor, hasta hace poco tiempo vicepresidente de la Comisión Pontificia para América Latina.

El académico uruguayo ha argumentado la constatación que varios medios de comunicación han registrado durante esta pandemia, presentando el magisterio social expuesto en estos siete años de pontificado.

El momento simbólico del liderazgo moral y espiritual ejercido por el Papa se materializó con “su impresionante oración en la Plaza de San Pedro vacía el 23 de marzo pasado”, el único evento planetario que ha tenido lugar durante el confinamiento de buena parte de la población del planeta.

Carriquiry presentó su análisis en un reciente encuentro virtual organizado por la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Argentina, presidido por monseñor Óscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal del país, sobre la encíclica “Laudato sì en tiempos de pandemia”.

Exponemos a continuación algunas de las propuestas del magisterio social del Papa Francisco, con las que busca despertar la conciencia moral de la humanidad, según fueron recogidas por Guzmán Carriquiry en su intervención.

  • Guerra y paz: “El papa Francisco ha alertado sobre la tercera guerra a pedazos que está en curso, alimentada por una acelerada e intensa carrera armamentista”.
  • Justicia social: “Ha marcado a fuego las desigualdades sociales que caracterizan el actual desorden mundial, ha estado atento y solidario respecto a los enormes movimientos migratorios de nuestro tiempo”.
  • Nuevas Tecnologías: “Ha puesto en relieve los desafíos éticos que plantea la revolución tecnológica en los campos del bios, del trabajo, de la energía y de las comunicaciones”.
  • Economía inhumana: “Ha sabido captar la irrupción de los movimientos populares por techo, tierra y trabajo y ha denunciado la idolatría del dinero que sostiene una economía que genera exclusión y descarte de muchos, una economía que mata”.
  • Solidaridad laboral: “En estos tiempos de pandemia, ha clamado porque nadie pierda su trabajo, por una renta de subsistencia a los sectores humanos más desamparados y por la condonación de la deuda externa”.
  • Ecología integral: “La cuestión ambiental no puede ser considerada de modo separado de la cuestión social. En efecto, hoy nuevamente queda demostrado que las calamidades naturales se descargan sobre todos, pero afectan de modo muy especial, muy impactante, a las multitudes humanas más pobres, vulnerables y desamparadas”.
  • Desarrollo sostenible: “El desarrollo sostenible implica la creación de valor ambiental, pero también social y económico”.
  • Respeto de la vida: “La ecología natural ha de ser siempre acompañada por una ecología humana, pues sólo unas claves de significado de la realidad, últimamente positiva, y un sentido de la vida humana –de vida buena para todos y vida en abundancia– serán capaces de abrazar y cuidar toda la Creación”.
  • El peligro tras la pandemia: “El verdadero peligro que incumbe sobre la vida no es la amenaza de la muerte, sino la posibilidad de vivir sin sentido, de vivir sin estar tendidos a una plenitud más grande de vida para nosotros, para nuestras familias, para nuestros compatriotas, para nuestro país, para todos”.

Publicado en la edición semanal digital de El Observador del 31 de mayo de 2020. No. 1299

Por favor, síguenos y comparte: