Los esposos españoles Félix y Sara Ortiz, pastores protestantes, emplean herramientas de coaching en el trabajo de evangelización, y lo enseñan por igual a católicos o evangélicos a través de cursos, para que lo apliquen en lo pastoral.
El coaching es un sistema de entrenamiento muy usado en el mundo empresarial para alcanzar un mejor desarrollo profesional, pero tiene elementos que son adecuados para la transmisión de la fe; en especial estos dos:
Que haya conversación, no un monólogo. Se habla y luego se escucha al otro.
Si quien se está evangelizando no entiende alguna cosa, debe tener el espacio y la libertad de hablar y aclarar sus dudas, sin importar cuándo surjan. Hay estudios que arrojan que mucha gente que abandona la fe cristiana lo hace porque nadie le resolvió sus dudas sobre temas muy importantes; por ejemplo, acerca de por qué Dios permite que exista el mal y el sufrimiento.
Si los hijos no hablan de sus dudas religiosas, los papás pueden hacerles preguntas para descubrirlas. Y si el evangelizador no sabe cómo contestar, debe investigar para poder entregar una respuesta clara, concisa y apegada a la doctrina cristiana.
Trabajo continuo. El entrenamiento en la fe no puede ser cosa de una sola sesión, ni tampoco una serie de encuentros esporádicos.
Los papás que de verdad quieran transmitir la fe deben tener continuidad en lo que hacen.
LA FE CON NATURALIDAD
Los hijos deben percibir que la fe no es algo que se usa sólo cuando hay un apuro, sino algo que se vive todos los días, de manera natural.
Por tanto, la Biblia, el Catecismo y otros materiales de fe, tales como cómics de la vida de los santos, juegos de mesa en versión católica, etc., deben estar a su alcance, para que también los usen de manera espontánea.
También deben percibir la oración como algo normal, escuchando a sus padres orar en toda clase de circunstancias: al iniciar el día, antes de comer, como acción de gracias, en una necesidad particular, o sólo porque sí.
El rezo no tiene que ser necesariamente con fórmulas escritas; la oración diciendo lo que sale del corazón, el signo de imposición de manos, los cantos de alabanza, etc., son una importante enseñanza de que la religión católica es antes que nada una relación de amor con Dios, pero también con la Virgen, con los ángeles, con los santos (Iglesia Triunfante), con los que se están purificando (Iglesia Purgante), y con la propia familia y todos los que aún transitamos en este mundo (Iglesia Militante), donde todos buscan el bien de todos y, sobre todo, la mayor gloria de Dios.
TEMA DE LA SEMANA: TRANSMITIR LA FE A LAS NUEVAS GENERACIONES: SÍ, PERO ¿CÓMO NO MORIR EN EL INTENTO?»
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 20 de septiembre de 2020. No. 1315