La carta “Volvamos con alegría a la Eucaristía”, firmada por el cardenal Robert Sarah, señala lo siguiente:
- Las transmisiones de la Misa [por TV, radio o internet] corren el riesgo de alejarnos de un encuentro personal e íntimo con Dios, que se ha entregado por nosotros no en forma virtual sino real.
- Dios ha dicho: “El que come mi Carne y bebe mi Sangre habita en Mí y Yo en él”, por lo que este contacto físico con el Señor es vital, indispensable, insustituible.
Para promover un rápido y seguro retorno
La Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos sugiere algunos principios y sugiere algunas líneas de acción “para promover un rápido y seguro retorno a la celebración de la Eucaristía”. Entre ellas:
- Que la atención a las normas higiénicas y de seguridad “no puede llevar a la esterilización de los gestos y de los ritos”, ni “a la incitación, incluso inconscientemente, de miedo e inseguridad en los fieles”.
- Los obispos deben cuidar, de forma prudente pero firme, “que la participación de los fieles en la celebración de la Eucaristía no sea reducida por parte de las autoridades públicas a una ‘reunión’”, y que tampoco se le equipare con alguna forma de “agregación recreativa”.
- También se recuerda que “las normas litúrgicas no son materia sobre la cual puedan legislar las autoridades civiles, sino sólo las competentes autoridades eclesiásticas”.
TEMA DE LA SEMANA: ALGUIEN TE ESTÁ ESPERANDO (OTRA VEZ)
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 27 de septiembre de 2020. No. 1316