Por Sergio Ibarra
El lado social de la estrategia hacia el 2021, que representa intereses desalineados, egos y sesgos cognitivos, crea una inercia que se interpone y puede bloquear acciones, cuando se comprometen grandes movimientos o cambios. En tiempos de crisis los líderes a menudo están en modo de mando militar y los presupuestos previos a la pandemia se han vuelto obsoletos.
Los recursos son más fáciles de reasignar cuando nadie necesita estar convencido de la necesidad de una respuesta rápida. Como nos dijo un empresario sobre la asignación de recursos en los últimos meses: “Lo que pensé que nunca sería posible, ahora puedo hacerlo en dos semanas”. El largo plazo cambió radicalmente, se ha acortado.
Claramente, la crisis está afectando a sectores y empresas de muy distintas formas. Algunas empresas, ONG´s y gobiernos están logrando mejores resultados y otros están al borde de la quiebra. La mayoría están en algún punto intermedio. ¿Cuál es la ventana de oportunidad única que presenta esta gran aceleración para un negocio o gobierno en particular?
Es probable que la toma de decisiones y su ejecución se vean obstaculizadas por los altos niveles de incertidumbre que aún existen en torno a la situación del virus, pero esperar la claridad puede tener un alto costo. La resiliencia, esta cualidad que se manifiesta por la capacidad de regresar a la posición original y superar una adversidad, se vuelto clave en 2020. Quien la puso en marcha, demostró que quien se mueve al comienzo de una crisis para obtener un salto sobre los competidores a menudo mantienen esa ventaja durante los próximos años. Como fue el caso para controlar el brote del virus, el tiempo es esencial, lo que requiere que los líderes tomen medidas ahora para adelantarse a la gran aceleración de las tendencias que ya están en marcha.
Las tendencias indican que los productos farmacéuticos, los personales, el software, entre otros, han tenido un crecimiento. En cualquier circunstancia dos cosas llegaron y se van a quedar: el home office o el trabajo desde casa y la economía digital o e-commerce. El factor humano en cualquier caso, es fundamental y más el dirigirle hacia los cambios en tareas y actitudes. El que se quede guardado debajo de la cama, va a perder.
¿Qué estamos previendo y haciendo para adaptarnos e ir un paso adelante ante el 2021?
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 11 de octubre de 2020. No. 1318